Efraim Palvanov – Benjamin Nathan Cardozo (1870-1938) nació en Nueva York en el seno de una familia judía sefardí tradicional que emigró a Estados Unidos antes de la Revolución. La familia se hizo rica e influyente a lo largo de las décadas, y el padre de Cardozo fue juez del Tribunal Supremo de Nueva York, mientras que su tío (del que recibió el nombre) había sido vicepresidente de la Bolsa de Nueva York. Su prima era Emma Lazarus.

Cardozo se dedicó a la abogacía como su padre, estudió en Columbia y se colegió en 1891. Tras más de dos décadas de ejercicio de la abogacía, el muy querido Cardozo fue elegido juez del Tribunal Supremo de Nueva York. Continuó como juez en varios puestos y en distintos tribunales hasta que fue nombrado juez del Tribunal Supremo de EE.UU. en 1932. El New York Times escribió al respecto que “pocas veces, por no decir nunca, en la historia del Tribunal un nombramiento ha sido tan universalmente elogiado”. Fue uno de los pocos casos en la historia de Estados Unidos en que un juez demócrata fue nombrado por un presidente republicano. (En un principio, el presidente Hoover no quería a Cardozo porque “ya había un judío” en el tribunal, Louis Brandeis).

Cardozo ejerció una enorme influencia en el desarrollo del derecho estadounidense. La recopilación de sus conferencias en la universidad de Yale sigue siendo una lectura habitual para los jueces. También fue cofundador del American Law Institute, para “promover la clarificación y simplificación de la ley y su mejor adaptación a las necesidades sociales, asegurar una mejor administración de la justicia y fomentar y llevar a cabo trabajos jurídicos académicos y científicos”. Totalmente absorbido por su trabajo, Cardozo nunca se casó ni tuvo hijos. Se le considera uno de los mejores jueces del Tribunal Supremo de la historia de Estados Unidos. La Facultad de Derecho Cardozo de Yeshiva University lleva su nombre.

Fuente: Jew of the Week