Entrevista con el Dr. Joseph Schwab, Director del Centro de Innovación e Ingeniería Quirúrgica de Cedars-Sinai

Imagine un mundo en el que el reloj digital que lleva en la muñeca controla no solo el número de pasos que da, sino también el nivel de azúcar en la sangre, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración. A continuación, el reloj envía automáticamente una instantánea personalizada de su salud a su médico, alertándole de los primeros signos de enfermedad.

Este escenario podría hacerse realidad en un futuro próximo, según el Dr. Joseph Schwab, director del Centro de Innovación e Ingeniería Quirúrgica de Cedars-Sinai, que dirige una innovadora investigación en tecnologías médicas portátiles.

Schwab, también director de Oncología Espinal de Cirugía Ortopédica del Cedars-Sinai, presentará las últimas tendencias de su investigación sobre tecnología médica portátil durante la Reunión Anual de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS por sus siglas en inglés), que se celebrará en San Francisco del 12 al 16 de febrero. Durante la conferencia, Schwab también participará en el Simposio del Presidente y compartirá sus conocimientos sobre inteligencia artificial generativa (IA), como ChatGPT, también hablará de los problemas de privacidad médica que pueden plantear estas tecnologías.

El Newsroom de Cedars-Sinai se reunió con Schwab para hablar del alcance de su investigación y de cómo ve el impacto de la IA en el futuro de la asistencia sanitaria.

¿En qué se distingue a su laboratorio a otros centros de investigación?

Mi codirector, el Dr. Hamid Ghaednia, es ingeniero mecánico y nuestro laboratorio es único en el sentido de que se basa en gran medida en la ingeniería. Gran parte de lo que hacemos a diario es construir cosas. En lugar de tubos de ensayo y microscopios, tenemos tornos y sierras de cinta. Tenemos varias impresoras 3D y una sala entera dedicada a la electrónica, donde soldamos dispositivos. La experiencia en ingeniería del equipo de investigación es un factor diferenciador clave, y nuestra asociación clínica y de ingeniería es distintiva de lo que hacemos. No solo tenemos el equipo, sino también los conocimientos técnicos que lo acompañan.

¿En qué innovaciones están trabajando?

Nos centramos en los dispositivos para llevar puestos. Los wearables de consumo que hay en el mercado son básicamente rastreadores de movimiento. Pueden tener un acelerómetro o un giroscopio que simplemente miden la posición o el movimiento para registrar los pasos y otros datos. Lo que nosotros hacemos es diferente, ya que nuestros dispositivos envían energía -en forma de luz, energía eléctrica y sonido- a los tejidos, y podemos medir esa energía cuando sale del tejido y deducir cosas basándonos en cómo la energía se vio afectada por el tejido.

Por ejemplo, cuando uno va al médico y le ponen un martillo de reflejos sobre la rodilla para comprobar si hay una reacción refleja, solo son capaces de identificar la presencia o ausencia del reflejo. En cambio, los dispositivos portátiles que estamos desarrollando pueden cuantificar la respuesta refleja: cuánto tarda en responder, la solidez de la respuesta, etc. Podemos dar una connotación numérica muy específica a estos datos, lo que esperamos que se traduzca en mejores diagnósticos.

Somos uno de los pocos centros de investigación del país donde podemos identificar una necesidad clínica, debatirla, proponer una posible solución, construirla y empezar a probarla, todo en un mismo centro.

¿Cómo se utiliza la IA en su trabajo?

Los sensores de nuestros dispositivos wearables reciben una cantidad increíble de datos de la energía después de haber viajado a través del tejido, lo que requiere una potencia informática avanzada para interpretarlos. En esencia, la IA no es más que eso: matemáticas muy avanzadas y programación informática. Utilizamos la IA para interpretar los datos captados y correlacionarlos con problemas clínicos.

Aparte de nuestras tecnologías portátiles, también podemos utilizar la IA para hacer predicciones a menor escala para su uso en la práctica clínica, como la interpretación de datos sanitarios electrónicos. Por ejemplo, un paciente puede estar pensando en someterse a una intervención con un riesgo de complicación del 5% para la población en general; sin embargo, si utilizamos la IA para interpretar su información personal, podemos saber que su riesgo individual de complicación está más cerca del 25%. Esto podría influir mucho en su toma de decisiones. Este tipo de predicciones más precisas es una forma de medicina personalizada.

¿Quién puede beneficiarse de estas nuevas tecnologías?

Estas tecnologías pueden beneficiar realmente a todo el espectro médico. Los pacientes cuyos datos sanitarios se analicen podrían recibir una atención más personalizada. Se les podrían dirigir pruebas más precisas para obtener un diagnóstico exacto y tratamientos personalizados, por ejemplo, y en última instancia podrían tener mejores resultados.

Incluso existe la posibilidad de que repercuta positivamente en los pagadores de servicios médicos y las compañías de seguros al tomar las decisiones de tratamiento correctas y reducir así los gastos sanitarios. Hay muchas oportunidades y ventajas.

¿Hacia dónde cree que se dirigirá este campo en los próximos cinco a diez años?

En mi opinión, no pasará mucho tiempo antes de que dejemos de utilizar los términos inteligencia artificial y aprendizaje automático porque estarán integrados en todo lo que hacemos, funcionando en segundo plano como una práctica común. Dejará de ser un misterio.

En lo que respecta a las tecnologías portátiles, creo que se convertirán en parte del proceso esperado de las evaluaciones médicas. Estos dispositivos ofrecen la oportunidad de aprender mucho más de lo que se obtendría de un examen físico básico, y los datos pueden obtenerse incluso antes de que el paciente acuda al médico. Una cita médica puede ser mucho más precisa y eficiente cuando el proveedor ya ha podido revisar e interpretar los datos recopilados.

La tecnología portátil y la integración de la IA en el consumo y la prestación de asistencia sanitaria no harán sino crecer con el tiempo, y creo que la gente se sentirá muy cómoda y empezará a confiar en estos dispositivos de forma positiva.

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