El director de la CIA, Willian Burns, llegó a Israel este jueves para reunirse con el primer ministro Benjamín Netanyahu, informó The Times of Israel.

Netanyahu se negó a enviar una delegación a El Cairo este jueves para reunirse con Burns y altos funcionarios de Egipto en Catar en un intento de elaborar un acuerdo de rehenes con Hamás hasta que el grupo terrorista suavice sus demandas, que el primer ministro ha calificado de “delirantes”.

Kan dijo que Burns también tenía previsto reunirse con el jefe de la agencia de espionaje Mossad, David Barnea, y el director del Shin Bet, Ronen Bar.

Más tarde esa misma noche, estaba previsto que se reuniera el gabinete de guerra de Israel, seguido por el gabinete de seguridad.

Las demandas del grupo terrorista Hamás para un acuerdo incluyen medidas hacia un alto el fuego permanente, una retirada de tropas de Gaza, la reconstrucción del enclave y la liberación de unos 1.500 prisioneros palestinos, entre ellos numerosos asesinos convictos y autores intelectuales del terrorismo, a cambio de los rehenes.

Israel ha dicho que tales demandas no son viables.

Una delegación israelí se encontraba en El Cairo mientras se celebraban las conversaciones el martes. Jerusalén negó haber presentado una contraoferta, y funcionarios de la Oficina del Primer Ministro dijeron que el equipo israelí, encabezado por Barnea y Bar, estaba simplemente “allí para escuchar”.

La ronda de conversaciones terminó sin ningún avance.

Al Mayadeen, un sitio web de noticias libanés afiliado a Hezbollá, publicó el miércoles lo que afirmó eran los detalles de una oferta israelí de tregua para la Franja de Gaza.

Según el artículo, que cita fuentes de Hamás, la propuesta israelí incluiría tres etapas. El primero duraría 35 días, con una extensión opcional de una semana, y supondría una retirada de las FDI de las zonas “densamente pobladas” dentro de la Franja -pero no de todas las zonas habitadas- y una “rehabilitación” de los hospitales bajo supervisión israelí, pero no su reconstrucción.

Los aviones de combate y de vigilancia de la FAI se abstendrían de volar sobre Gaza durante seis horas al día, y 500 camiones de ayuda entrarían a la Franja diariamente. A cincuenta palestinos heridos mayores de 50 años se les permitiría salir de Gaza cada día para recibir tratamiento.

En la primera fase, Israel liberaría a tres prisioneros palestinos, incluidos algunos que cumplen largas condenas, a cambio de cada uno de un número no especificado de rehenes israelíes, elegidos entre civiles y mujeres soldados.

La segunda etapa, según fuentes de Hamás citadas por Al Mayadeen, duraría 30 días y supondría un intercambio de un número indeterminado de detenidos palestinos a cambio de más rehenes. Las fuerzas israelíes no se retirarían de Gaza en esta etapa, pero Israel estaría dispuesto a “considerar” el regreso de los civiles desplazados a su lugar de residencia, según el medio libanés.

No se informaron detalles sobre el cronograma ni los términos de la tercera etapa. Los garantes del acuerdo propuesto por Israel, según Al Mayadeen, serían Estados Unidos, Egipto y Catar, pero no Turquía y Rusia, como había sido solicitado por Hamás.

En medio de la ausencia prevista de Israel, una delegación de Hamás se dirigió a El Cairo para reunirse con funcionarios egipcios y cataríes para las conversaciones del jueves.

Se dice que los mediadores en Egipto están compitiendo para asegurar un alto el fuego antes de que Israel proceda con una operación terrestre a gran escala planeada en Rafah, donde 1.4 millones de palestinos desplazados han huido para buscar refugio de los combates en otros lugares.

Citando a funcionarios estadounidenses e israelíes, el sitio Axios reportó el martes por la noche que el punto clave en las negociaciones es la liberación de los prisioneros palestinos, y el presidente estadounidense Joe Biden le dijo a Netanyahu el domingo que si bien las demandas de Hamás iban demasiado lejos, Israel podría demostrar más flexibilidad y probablemente tendrá que liberar a más palestinos.

El reporte también indicó que Netanyahu le dijo a Biden que quiere un acuerdo sobre rehenes, pero que debe ser respaldado por el gabinete, que incluye aliados de extrema derecha que se resisten.

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