El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó a su embajador en Israel para mantener conversaciones, confirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, en medio de la crisis diplomática entre ambas naciones, informó The Times of Israel.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil también dijo que el embajador israelí fue convocado para recibir una reprimenda, horas después de que el embajador Frederico Meyer fuera arrestado para una reprimenda en Jerusalén por los comentarios de Lula.
No estaba claro cuánto tiempo permanecerá Meyer en Brasil y cómo la medida afectará las relaciones diplomáticas entre los dos países.
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Fuentes con conocimiento de las discusiones internas dijeron más tarde que Brasil no tiene intención de retractarse del comentario de Lula.
Más temprano ese mismo día, el ministro de Asuntos Exteriores, Yisrael Katz, había convocado a Meyer para una reprimenda tras los comentarios de Lula, diciéndole que Israel “no olvidará y no perdonaremos”.
“Dígale al presidente Lula que es persona non grata en Israel hasta que se retracte de sus declaraciones”, le dijo Katz a Meyer durante una reunión y un recorrido inusuales en el monumento conmemorativo del Holocausto Yad Vashem en Jerusalén.
En sus comentarios del domingo, el presidente de Brasil acusó a Israel de llevar a cabo genocidio en Gaza y de luchar sólo contra mujeres y niños.
“Lo que está sucediendo en la Franja de Gaza con el pueblo palestino no tiene paralelo en otros momentos históricos”, dijo, antes de ofrecer una comparación. “De hecho, existía cuando Hitler decidió matar a los judíos“.
El primer ministro Benjamín Netanyahu respondió con indignación a los comentarios de Lula el domingo, calificándolos de “vergonzosos” y diciendo que el líder brasileño había “cruzado una línea roja”.
La guerra en Gaza estalló después de las masacres de Hamás del 7 de octubre, en las que miles de terroristas lanzaron un ataque sin precedentes contra el sur de Israel, asesinando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a más de 250, en medio de actos de brutalidad que incluyeron violencia sexual.
Prometiendo destruir a Hamas, Israel declaró la guerra con los objetivos proclamados de desmantelar la organización terrorista y asegurar la liberación de los rehenes.
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