Gracias Irán, por sacar nuestras primeras sonrisas, las cuales apagaste el 7 de octubre.
Gracias Irán, por conseguir una condena casi unánime a tu muy amenazador y muy anunciado ataque. La mayoría de los Estados del mundo se unió alrededor de Israel en un despliegue, no solo de solidaridad, sino de acciones de defensa al Estado judío, como nunca antes. No solo los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia expresaron su apoyo, sino que participaron en su defensa, utilizando un conjunto de satélites, fuerza aérea y radares, por tierra y por mar.
Gracias por permitir que Jordania, país árabe, hasta ahora “tibio”, mostrara su apoyo, al interceptar muchos de los drones dirigidos a Israel.
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Gracias Irán por permitir a Israel mostrar sus capacidades militares.
Gracias por apuntar al Domo de la Roca, Al Aqsa, misiles que fueron interceptados por Israel, clara muestra que Israel no desea la destrucción del segundo lugar sagrado del islam (a pesar de muchos radicales aprovecharían dicha destrucción para construir allí un “tercer templo”). Gracias por volver a Israel ¡ un defensor del islam!
Gracias porque, ahora, el mundo entiende que la verdadera meta de Irán es desestabilizar la paz mundial.
Gracias Irán, por mostrar que Israel es la única nación que lucha militarmente, poniendo en riesgo su pueblo, contra tus perversos planes en la región.
Gracias Irán, por mostrar la importancia de detenerte ( si aún es posible) en la obtención de armas nucleares.
Gracias Irán por poner en orden los conceptos. Por mostrar finalmente quién es el agresor y quién es el agredido.
Gracias Irán, porque la próxima reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, este domingo, no tratará del cese al fuego con Hamás, sino que se debatirá la amenaza iraní y el derecho de Israel a la defensa propia.
Gracias Irán por darnos el primer triunfo desde el 7 de octubre, la masacre que financiaste, entregaste y propiciaste.
Nos faltan nuestros rehenes, es verdad.
No te subestimamos: eres un enemigo peligroso. Pero sin importar lo que suceda a partir de ahora, gracias a ti despertamos esta mañana sin sensación de pesar, de derrota, de humillación.
Am Israel Jai
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