El gobernante de facto de Arabia Saudita pidió este lunes a Israel que respete la soberanía de Irán y se abstenga de atacar el suelo iraní, al tiempo que pareció intensificar las críticas a Jerusalén, acusándolo de genocidio.
El príncipe heredero Mohammed bin Salman hizo los comentarios en una cumbre de líderes árabes y musulmanes organizada para presionar por el establecimiento de un Estado palestino, un año después de que la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica celebraran una primera conferencia sobre el tema.
Mohammed dijo en la cumbre que la comunidad internacional debería obligar a Israel “a respetar la soberanía de la hermana República Islámica de Irán y a no violar sus tierras”.
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Mohammed también pareció endurecer la retórica del reino contra Israel, lo que indica que Riad puede estar alejándose aún más de los esfuerzos estadounidenses para negociar un acuerdo de normalización con Jerusalén.
Mohammed dijo a los líderes reunidos en Riad que el reino renovó “su condena y rechazo categórico al genocidio cometido por Israel contra el hermano pueblo palestino, que se ha cobrado la vida de 150.000 mártires, heridos y desaparecidos, la mayoría de los cuales son mujeres y niños”.
“Afirmamos que los continuos crímenes de Israel contra personas inocentes, su persistencia en violar la santidad de la bendita Mezquita Al-Aqsa y su desvío del papel fundamental de la Autoridad Nacional Palestina en todos los territorios palestinos socavarán los esfuerzos encaminados a obtener los derechos legítimos del pueblo palestino y establecer la paz en la región”, agregó.
Antes de que comenzara la guerra contra Hamás, Arabia Saudita estaba en conversaciones sobre un llamado megaacuerdo que le habría permitido reconocer a Israel a cambio de una seguridad más profunda y vínculos bilaterales con Estados Unidos.
Eso se habría basado en los Acuerdos de Abraham negociados durante el primer mandato de Trump como presidente, en los que los Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos acordaron normalizar las relaciones con Israel.
Sin embargo, Riad también ha tomado medidas para arreglar los lazos con Irán después de un acuerdo de acercamiento de marzo de 2023 negociado por China.
Los lazos restaurados entre Riad y Teherán han remodelado el panorama diplomático, con el que Trump tendrá que lidiar cuando asuma el cargo nuevamente el año que viene, dijo H.A. Hellyer, experto en Oriente Medio del Royal United Services Institute.
“Está claro que Riad y Teherán están mejorando su relación, y este es un entorno regional muy diferente en comparación con la última vez que Trump estuvo en el cargo”, dijo Hellyer.
“Trump puede querer ampliar los Acuerdos de Abraham cuando asuma el cargo el año que viene, pero a menos que Israel cambie drásticamente su postura en la región, eso va a estar plagado de muchos más desafíos que la última vez”, dijo.
Irán y Arabia Saudita cortaron sus relaciones en 2016 tras los ataques a las misiones diplomáticas saudíes en la República Islámica durante las protestas por la ejecución por parte de Riad del clérigo chií Nimr al-Nimr.
Las relaciones ya se habían deteriorado por la movilización por parte de Arabia Saudita de una coalición militar para contrarrestar a los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen.
Aunque siguen existiendo problemas en la compleja relación, el acercamiento supone un logro diplomático emblemático para Mohammed, que ha adoptado un enfoque más conciliador en la diplomacia regional en los últimos años.
Arabia Saudita e Irán han mantenido contactos de alto nivel como parte de lo que dicen son esfuerzos para contener la guerra en Gaza.
Al mismo tiempo, grupos iraníes y el propio Irán han intentado expandir la guerra lanzando ataques contra Israel desde todo Oriente Medio, incluido un misil balístico disparado al centro de Israel desde Yemen el lunes por la mañana.
Israel ha dicho que responderá si Irán cumple con sus amenazas de atacar el país en represalia por los ataques israelíes a instalaciones militares el 26 de octubre.
Las incursiones israelíes se produjeron después de que Irán disparara unos 200 misiles balísticos a ciudades de todo Israel el 1 de octubre.
La advertencia de no atacar a Irán parece marcar un cambio desde abril, cuando Arabia Saudita supuestamente permitió que se utilizara su espacio aéreo para contrarrestar una andanada de cientos de drones y misiles disparados por Irán contra Israel.
En una señal previa del cambio de postura de Arabia Saudita, Riad dijo en octubre que revocaría la licencia de la emisora de noticias de propiedad saudí MBC después de que calificara de terrorista al líder asesinado de Hamás, Yahya Sinwar.
En la cumbre del lunes, el primer vicepresidente iraní, Mohammad Reza Aref, afirmó que los asesinatos de Sinwar y del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, por parte de Israel no eran “nada más que anarquía y terrorismo organizado”.
También dijo que la comunidad internacional esperaba que Trump pusiera fin a las guerras de Israel contra Hamás y Hezbolá.
“El gobierno estadounidense es el principal partidario de las acciones del régimen sionista, y el mundo está esperando la promesa del nuevo gobierno de este país de detener de inmediato la guerra contra el pueblo inocente de Gaza y Líbano”, dijo Aref en la cumbre conjunta de la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica.
El domingo, el principal oficial militar de Arabia Saudita, Fayyad al-Ruwaili, llegó a Teherán para conversar con funcionarios iraníes, semanas después de que Arabia Saudita anunciara que había realizado ejercicios militares con Irán y otros países en el Mar de Omán.
Mohammed y el presidente iraní Masoud Pezeshkian hablaron por teléfono el domingo antes de la cumbre.
Pezeshkian no asistirá debido a “asuntos ejecutivos” urgentes, según un comunicado del gobierno iraní.
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