La mayoría de los habitantes de Oriente Medio y del resto del mundo no se dan cuenta de las devastadoras consecuencias de los nuevos acontecimientos en Siria (Al-Sham).
MOSAB HASSAN YOUSEF, “EL HIJO DE HAMÁS”
La nueva generación de yihadistas es más sofisticada que cualquier grupo terrorista del pasado.
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Tienen paciencia y no tienen prisa por atacar a sus enemigos; su nueva estrategia es construir infraestructuras e instituciones y obtener reconocimiento mundial para establecer una uma yihadista.
Los yihadistas aprendieron de sus errores anteriores; saben que la generación anterior no logró destruir Occidente debido a su discapacidad y a la imposibilidad de lograr sus objetivos yihadistas mientras huían de las agencias de inteligencia.
Están evitando los errores de sus amos, Al Zawahri y Abdullah Azzam. Su nueva estrategia es crear un clima adecuado que conduzca al establecimiento de una nación yihadista.
Estados Unidos y sus aliados no deberían reconocer ni legitimar a los nuevos gobernantes de Damasco, por muy hábilmente que jueguen sus cartas para manipular a la comunidad internacional designando figuras gubernamentales moderadas.
Aunque esto pueda parecer contraproducente, eliminar a los principales líderes de los rebeldes, en especial a Al Julani, antes de que obtengan más apoyo y simpatía de una sociedad desesperada que anhela el cambio y la libertad permitirá que surja un liderazgo legítimo.
Dar crédito o recompensar a los yihadistas por derrocar al brutal dictador sirio es un error; pueden haber desempeñado un papel importante, pero no son la fuerza real que derribó a Assad.
Al Golani tiene el potencial de crear un poderoso Estado terrorista que nunca antes hemos experimentado. Tiende a construirlo lentamente, con atención plena y paciencia.
Este terrorista global no pasó de yihadista a estadista, se transformó de un simple yihadista a un califa islámico moderno, y permitirle prosperar tendrá consecuencias mortales para la humanidad.
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