El nombre de Jerusalén
En el Tanaj (Antiguo Testamento) aparece 850 veces el nombre de la capital de Israel, Jerusalén.
En el Nuevo Testamento aparece 150 veces Jerusalén.
En el Corán: ni una sola vez, Nada de nada, ni rastro.
En el Tanaj aparece 1488 veces el nombre de Israel.
En el Nuevo Testamento aparece 62 veces el nombre de Israel
En el Corán aparece 43 veces el nombre de Israel. El mismo Corán, libro sagrado para los musulmanes, reconoce que la tierra de Israel, Eretz Israel, es para el pueblo judío, Am Israel:
Corán 28:4-5 [antes de Higrah]: Faraón se condujo altivamente en el país –Egipto- y dividió a sus habitantes en clanes. Debilitaba a un grupo de ellos, degollando a sus hijos varones y dejando con vida a sus mujeres. Era de los corruptores. Quisimos agraciar a los que habían sido humillados –los israelitas- en el país y hacer de ellos jefes, hacer de ellos herederos,
Corán 2:47 [después de Higrah]: ¡Hijos de Israel! Recordad la gracia que os dispensé y que os distinguí entre todos los pueblos.
Corán 7:137 [antes de Higrah]: Y dimos en herencia al pueblo –israelita- que había sido humillado las tierras orientales y las occidentales –las tierras del Israel completo- , que Nosotros hemos bendecido. Y se cumplió la bella promesa de tu Señor a los Hijos de Israel, por haber tenido paciencia. Y destruimos lo que Faraón y su pueblo habían hecho y lo que habían construido.
Corán 10:93 [antes de Higrah]: Hemos instalado a los Hijos de Israel en un lugar bueno –las tierras del Israel completo- y les hemos proveído de cosas buenas. Y no discreparon sino después de haber recibido la Ciencia. Tu Señor decidirá entre ellos el día de la Resurrección sobre aquello en que discrepaban.
Corán 20:80 [antes de Higrah]: ¡Hijos de Israel! Os hemos salvado de vuestros enemigos y nos hemos dado cita con vosotros en la ladera derecha del monte. Hemos hecho descender sobre vosotros el maná y las codornices
Corán 26:59 [antes de Higrah]: Así fue, y se lo dimos en herencia a los Hijos de Israel.
Corán 45:16 [antes de Higrah]: Dimos a los Hijos de Israel la Escritura, el juicio y el profetismo. Les proveímos de cosas buenas y les distinguimos entre todos los pueblos.
Corán 44:32 [antes de Higrah]: Les elegimos –a los israelitas- conscientemente de entre todos los pueblos.
Corán 32:23-24 [antes de Higrah]: Hemos dado a Moisés la Escritura -no dudes, pues, en encontrarle- e hicimos de ella dirección para los Hijos de Israel. Elegimos de entre ellos –los israelitas- a jefes que les dirigieran siguiendo Nuestra orden como premio por haber perseverado y por haber estado convencidos de Nuestros signos.
Corán 17:104 [antes de Higrah]: Y, después de él, dijimos a los Hijos de Israel: “Habitad la tierra –las tierras del Israel completo- y, cuando se cumpla la promesa de la otra vida, os llevaremos en tropel”.
Pero si el Corán afirma esto ¿cómo es que los islamistas reclaman el Israel completo para el islam?
El islam, como todo libro sagrado, tiene varias lecturas, y la interpretación que se lleva a cabo en todas las madrassas y prácticamente la mayoría de líderes religiosos del Islam y en sus mezquitas, es la que afirma que toda tierra conquistada por el Islam pertenece definitivamente al Islam, aunque pueda estar bajo soberanía no musulmana, como el caso de Israel, España, Portugal, Grecia, parte de Austria, sur de Italia y Sicilia, Bulgaria, etc., países que fueron gobernados en algún momento, aunque pudiera ser breve, por el Islam.
Los líderes islámicos más preclaros resuelven esta contradicción afirmando que sólo los judíos que se conviertan al Islam tendrán derecho a volver a Eretz Israel.
Cuando Abraham ató a su hijo Isaac en el altar para sacrificarlo a Dios, lo hizo en la cima de esta montaña, la montaña llamada Monte Moriá, donde recientemente los musulmanes construyeron un templo, con la intención de borrar la asociación de los judíos con el Monte Moriá.
Después de la guerra de 1967, Israel abolió todas las leyes discriminatorias promulgadas por Jordania y adoptó su propio sistema de leyes para garantizar el acceso a los templos religiosos.
Los jordanos impedían a los judíos el acceso a los lugares santos.
La ley israelí estipula lo siguiente: “Cualquiera que haga algo que pueda poner en peligro la libertad de acceso a los miembros de los varios grupos religiosos a sus lugares sagrados será castigado con prisión por un término de cinco años.”
Israel también confió la administración de los lugares sagrados a sus respectivas autoridades religiosas. por ejemplo, el Waqf Musulmano tiene la responsabilidad de las mezquitas de la Montaña del Templo.
Las fronteras de Israel fueron determinadas por las Naciones Unidas cuando se adoptó el Plan de Partición en 1947.
En una serie de guerras defensivas, Israel recuperó territorio. En numerosas ocasiones, Israel se ha retirado de estas zonas. Como parte un acuerdo en 1974, Israel regresó los territorios ocupados en1967 y 1973 a Siria.
Bajo los términos del Tratado de Paz Egipcio-Israelí, Israel retiró sus tropas de la Península de Sinai (¡Recuerde que todos estos territorios le pertenecían al Israel histórico de David y Salomón!) por tercera vez. Ya se había retirado de amplias zonas ocupadas en el desierto cuando la Guerra de Independencia. Israel devolvió la Península de Sinaí a Egipto en 1957.
En septiembre de 1983 Israel se retiró de las áreas extensas a petición del Líbano, excepto de una zona estrecha en el Río Awali. En 1985 se retiró del Líbano.
Los árabes que viven en Palestina (el Israel histórico) son los agresores.
Ellos comenzaron el conflicto, y a propósito declaran “que tienen suficientes atacantes suicidas para mil años”. Las noticias diarias son el testigo más fiel de lo que sucede.
Los árabes que viven en Palestina (el Israel histórico) consideran las Intifadas como la Guerra, no como protestas esporádicas, con la estrategia clara de vencer a los israelíes a través del medio común a los islamistas: el terrorismo.
El líder terrorista árabe-palestino, Yasser Arafat dijo: “Nuestro objetivo es simplemente la liberación del suelo palestino y el establecimiento de un estado. Por lo tanto, los Judíos (israelitas) deben ser expulsados, e Israel debe ser aniquilado. No podemos aceptar ni más ni menos que la completa aniquilación de todos los judíos”.
Los continuadores del terrorismo, Hamás –que actualmente gobierna a parte de los árabes palestinos- no sólo no quiere reconocer parte del territorio de Israel, sino que en su Carta Fundacional se pide la destrucción de Israel.
La demanda judaica para que Jerusalén sea la capital de Israel no sólo es religiosa: es nacional y estatal.
Todo estado tiene derecho a proclamar cual es su capital.
Sólo se le niega este derecho a Israel.
La Alemania de posguerra tuvo que aceptar que su capital “provisional” fuera Bonn, en lugar de Berlín. A Israel, que ha ganado las guerras y batallas que desencadenaron y empezaron los árabes, los árabes derrotados le niegan ese derecho, con el apoyo de la judeofóbica Naciones Unidas. El antisemitismo europeo no desapareció en Auschwitz, pervive en Europa. En las Naciones Unidas, una tercera parte de los países son musulmanes (60 de 192) y muchos otros países tienen miedo al embargo petrolero.
Jerusalén es una de las ciudades más antiguas del planeta. Es lógico y natural que se envuelva en aureolas metafísicas a una urbe que se retrotrae al pasado más remoto, ya mencionada en las famosas epístolas de Tel-el-Amarna (siglo XIV a.e.c.) y aun en documentos egipcios de medio milenio antes.
Jerusalén es una ciudad en la que ocurrieron eventos de trascendencia insoslayable, que los Salmos elevan hasta lo más sublime, y que en la Biblia se menciona más de setecientas veces desde el mismo libro del Génesis. (Cabe recordar que por el contrario, en el Corán, ni una sola vez se refiere a Jerusalén ).
Pero cuando focalizamos la historia en la edad contemporánea, observamos que los judíos somos el grupo mayoritario de la ciudad desde hace ya un siglo y medio, y que ésta nunca fue capital (ni siquiera provincial) bajo imperios cualesquiera, incluido el del Islam.
El breve control árabe de la ciudad significó destrucción y atraso, y por su parte, la recuperación judía fue la única que garantizó libertad de cultos y protección a los lugares sagrados de todos los credos, amén de un crecimiento sostenido y visible.
La aspiración israelita siempre concibió en que el retorno era concebido a la Jerusalén terrenal.
Los caraítas que regresaron hace mil años otorgaron a los retornantes el título honorífico de “Jerusalén”. Aquí regresó Iehuda Haleví en el siglo XII y Najmánides en el XIII, y los Jasidéi Ashkenaz, y Ovadia de Bertinoro en el XV. Y luego la inmigración de Jazón Sión que arribó en 1722 y las varias olas de jasidim, y los alumnos del Gaón de Vilna, y finalmente los biluím, y las inmigraciones modernas que reconstruyeron el Estado judío. Todos a Jerusalén, no para soñar sino para cumplir con sus sueños.
En el mundo árabe y/o musulmán hay voces que reconocen que los judíos tienen derecho histórico sobre “Palestina”, como el escritor iraquí Aref Alwan, el jeque Abdul Hadi Palazzi, el periodista Joseph Farah, y otros, pero son una franca minoría.
NOTAS
https://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2008/04/17/el-escritor-iraqui-aref-alwan-ha-afirmad
https://www.periodistadigital.com/totalitarismo/20170523/jerusalem-yerushalayim-por-eduard-yitzha-689403917960/
El jeque Abdul Hadi Palazzi, de 49 años, asegura que el Corán le otorga toda la Tierra de Israel a los judíos y, por lo tanto, cualquier oposición al Estado judío es una ofensa contra Alá, según una nota especial de la edición cristiana del diario israelí The Jerusalem Post que cuenta su particular historia.
https://itongadol.com/noticias/32046-jeque-palazzi-solucion-pacifica-para-israel-salvara-al-islam-del-fundamentalismo
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