La densa aglomeración de fuerzas de Hamás y civiles que en Gaza rodeó a las tres rehenes israelíes conduce a suponer que sus fuerzas armadas y buena parte de la joven población apenas han conocido pérdidas en los últimos quince meses de guerra.
Errada visión. Conforme a datos recogidos por fuentes internacionales e incluso estimación por parte de Israel, indican que el número de muertes es superior a 50 mil y los heridos doblan esta cifra.
Todo tiempo que la actividad militar desde y en ambos bandos continúa no es fácil ofrecer ayuda a una población que oscila desesperadamente entre la tierra y el mar en un arduo esfuerzo dirigido a eludir los efectos de una guerra que la mayoría de sus miembros apenas quisieron.
Un difícil y rojo escenario que presenta tres desiguales futuros.
Uno de ellos es la continuación del poder del Hamás que desde hace varios años entrena y acumula recursos militares con el objeto de agredir a Israel si y cuando las circunstancias se antojan propicias.
Posibilidad apenas real y sustentable cuando se estiman las pérdidas y muertes de gazatíes desde su ataque a Israel. Sin un apoyo
externo nada ni nadie podrán reconstruir sus urbes y mercados.
La segunda opción alude a una resuelta intervención por parte de la Autoridad Palestina en Ramallah en la reconstrucción y rumbos de Gaza.
En múltiples ocasiones, su líder Abu Mazen (Mahmoud Abbas) enhebró y difundió la aspiración a instituir una bien integrada unidad entre un probable Estado palestino y este territorio conectados desde la frontera sur de Israel.
Perspectiva hoy lejana. El desorden institucional y financiero que abruma a las autoridades en Ramallah y las sostenidas incursiones de colonos judíos y fuerzas militares en Judea y Samaria le oponen altos obstáculos.
Circunstancias que parecen favorecer un tercer escenario: el masivo asentamiento de israelíes desde el norte de Gaza al mar en un intento de reproducir el proyecto y las intenciones que Ariel Sharón enérgicamente deshizo en los principios de este siglo.
Posibilidad que implica el desalojo masivo de gazatíes, apretadas tensiones con El Cairo, Jordania y Ramallah, y una amplia censura a Israel en los medios internacionales.
De aquí la opción más real y sensata: concluidas las hostilidades en Gaza y devueltos todos los rehenes, Israel debe colaborar, con el respaldo regional e internacional, a la reconstrucción y autonomía de esta región.
Actitud que revelará que el carácter humanista y democrático de nuestro país no admite hasta aquí limitaciones ni reservas.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío. Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío