Beshalaj,“cuando envió”.Resumen de la Parashá. Éxodo 13:17-17:16
Al poco tiempo, luego de que los Hijos de Israel salieron de Egipto, el Faraón los persigue para forzarlos a volver; los Israelitas se encuentran atrapados entre el ejército del Faraón y el mar.
Moshe recibe el mensaje de que eleve su bastón por sobre el agua; el mar se abre para dejar pasar al Pueblo, y luego se cierra sobre los egipcios. Moshe y los Hijos de Israel entonan una canción de alabanza y agradecimiento a Di-s.
El relato de la partición del mar ¿es una historia hollywoodense o es indiscutible realidad?
Antes de cualquier discusión, se debe entender que la Torá no es un libro de historia. No es un tratado cronológico de Medio Oriente. No nos dará detalles sobre la construcción de las pirámides o la fabricación de espadas en la edad de bronce.
Podemos decir que el texto se apoya en sucesos históricos sólo para transmitir enseñanzas atemporales. Describe eventos arquetípicos que pueden servir al entendimiento de desarrollo humano, para sociedades de todas las latitudes, de todos los tiempos.
Ahora bien, el texto a lo largo de los milenios se ha estudiado de todas las formas posibles, tanto lingüísticas como aritméticas. En este sentido, tenemos el ejemplo de la alabanza que los hebreos entonaron al cruzar el mar, Shirit ha yam o Canto del mar.
El texto no aparece en forma de prosa como el resto de los versos en la Torá, sino con espacios en blanco entre cada frase. Cada estrofa del cántico de Moshé es seguida por un espacio en blanco, como si tuvieran auto consciencia de su penuria humana, una incapacidad lingüística para describir lo sobrenatural que estaban atestiguando.
Evidencia de profunda humildad, como si ningún mortal puede siquiera aspirar a comprender lo infinito, lo Divino.
Mirar el texto del canto del mar, es comparable a observar el firmamento una noche estrellada.
Cada frase conectada del poema es la luz de una estrella y el espacio vacío, es la oscuridad profunda, esa materia oscura que sostiene el universo, todo aquello que los hebreos no pudieron explicar con palabras a su paso, instantes de taciturna mudez contemplativa de un poder que no entendían.
Hasta la empleada más humilde vio más que el profeta Ezequiel, comenta el exegeta medieval Rashi.
Entonces, ¿se abrió el mar o no?
La palabra en la Torá para indicar que Moshé cantó es iashir en futuro, no shar, en pasado.
Y cantará dice el texto, un mensaje arrojado al océano del tiempo que hoy llega a tus ojos, tus oídos, tu corazón. La Mística cabalística atribuye gran importancia a la lectura alegre del Canto del mar, como si estuviéramos presenciando el milagro.
El mensaje es para todos nosotros, para ti, porque no necesitamos ver el mar partido para ser testigos de cosas sobrenaturales.
Los hebreos de esa época con sus limitadas voces nos dan el mensaje de que con nuestras limitados recursos humanos podemos ver grandes cosas, una madre que sola educa y mantiene a sus hijos, un joven que se aleja de los vicios y la violencia para ser un buen ciudadano, un desconocido que te levanta y te ayuda aun cuando todos te dieron la espalda, ver el nuevo amanecer a pesar de estar rodeado de enemigos.
Cosas así, que podrían ser cotidianas, si lo piensas, son en sí mismas un milagro.
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