El sábado 7 de octubre de 2023, Mijal Vardi vio en vivo el secuestro de su vecino y amigo, Omrí Mirán, de 47 años. Como muchos israelíes, vio cómo se desarrollaba la tragedia a través de las redes sociales. Pero, a diferencia de muchos de ellos, se suponía que ella debía estar allí, al lado de su amigo en el Kibutz Nahal Oz.
Unos días antes de la masacre en los kibutzim de la frontera con Gaza, el teléfono celular de su marido Niko dejó de funcionar. Vardi encontró un teléfono nuevo a buen precio en Eilat y le propuso a su marido que aprovechen la oportunidad para pasar el fin de semana en un hotel de Eilat.

Mijal Vardi
Les ofrecieron a Omrí y a su esposa, Lishay, unirse a ellos. “Omrí me dijo: ‘¿Estás loca? ¿Quién va a Eilat en Simjat Torá?'”. En retrospectiva, el teléfono probablemente salvó la vida de Mijal Vardi y su marido. “Nuestra casa resultó muy dañada por un proyectil de mortero. Los terroristas también entraron a la casa. Si hubiéramos estado, probablemente no habría terminado como terminó”, dijo Vardi en una entrevista con Haaretz.
Omrí Mirán es terapeuta de shiatsu.
“Omrí es de las mejores personas que conozco. Me ha ayudado mucho en mi vida. Sabe dónde presionar y dónde ayudar para que el dolor pase”, continuó Vardi.

Omrí Mirán Crédito: Cortesía de la familia
Hamás publicó un video de Omrí en abril de 2024.
Tras la liberación de los tres rehenes el pasado sábado, su preocupación por Omrí aumentó: “Todos están en una situación humanitaria y la urgencia de sacarlos es inmediata. Da miedo. Omrí debe estar aquí. No hay forma de que no vuelva a casa. Todos lo extrañan mucho. Sus hijas lo necesitan. Su esposa lo necesita. Nosotros lo necesitamos”, expresó.
Las familias Vardi y Mirán no solo son vecinos, sino también buenos amigos. Vardi dice que su marido presentó a Omrí y a su esposa. “Dimos a luz con dos semanas de diferencia. Nuestros hijos tienen la misma edad y van a la misma escuela en el kibutz“, comentó Vardi, quien ahora vive en el Kibutz Gal On, en el sur de Israel.

Lishay, esposa de Omrí Miran, frente a la Oficina del Primer Ministro en Jerusalén en enero. Crédito: Naamá Grinbaum
Mientras tanto, Mijal intenta apoyar a Lishay, y a sus hijas, Roni y Alma. Dice que Lishay “no ha dejado de trabajar como esposa de un rehén” .
“Nos rompe el corazón. Roni le pide al abuelo Savión que papá vuelva a casa… Alma solo conoce a papá por fotos porque tenía solo seis meses cuando lo secuestraron”.
Pero Vardi no pierde la esperanza. “Omrí volverá a casa, tiene que suceder. Es lo único que puede pasar. De lo contrario, ¿qué sucederá aquí? Queremos volver a casa, pero ¿cómo es posible regresar así?”.
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