El pasado jueves, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu mantuvo una tensa reunión con Ronen Bar, jefe del Shin Bet, en un aparente intento de forzar su renuncia.
Según un informe del Canal 12, Netanyahu presionó a Bar para que dimitiera, pero este se negó rotundamente, indicando que si el primer ministro quería verlo fuera de la agencia de seguridad, tendría que despedirlo formalmente.
Esta reunión se produce en medio de un deterioro significativo en las relaciones entre Netanyahu y los jefes de las agencias de inteligencia israelíes. Hace poco, el primer ministro removió tanto a Bar como a David Barnea, jefe del Mossad, de la dirección del equipo que negocia el acuerdo de tregua y rehenes en Gaza.
La tensión entre Netanyahu y Bar se ha intensificado en los últimos meses, especialmente después del ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023. La Oficina del Primer Ministro criticó duramente la investigación del Shin Bet sobre el ataque, alegando que sus hallazgos “no responden a ninguna pregunta”.
Además, fuentes cercanas a Netanyahu afirmaron que Bar “fracasó completamente” en contrarrestar la amenaza de Hamas antes del ataque y “malinterpretó la imagen de inteligencia” el día del ataque.
Por su parte, Bar ha manifestado que no renunciará hasta que se devuelvan a los rehenes y se establezca una comisión estatal para investigar el ataque del 7 de octubre. Esta postura ha sido respaldada por altos funcionarios del Shin Bet, quienes han expresado su apoyo a Bar.
El conflicto entre Netanyahu y Bar también se extiende a cuestiones de sucesión dentro del Shin Bet. Recientemente, la agencia nombró a un nuevo subdirector, afirmando que asumiría el cargo en los próximos meses. En respuesta, la Oficina del Primer Ministro declaró que “quien nombra al jefe de Shin Bet es el gobierno, y no el jefe de Shin Bet en funciones”.
Es importante destacar que, según el vicefiscal general Gil Limon, cualquier intento de destituir al jefe del Shin Bet requeriría una revisión legal por parte de la fiscal general, Gali Baharav-Miara. Esto añade una capa adicional de complejidad al aparente deseo de Netanyahu de remover a Bar de su cargo.
Un informe reciente en Haaretz reveló que Bar había advertido a Netanyahu, cinco meses antes del ataque de Hamas, que una guerra en Gaza era inevitable. Aunque la oficina del primer ministro confirmó esta reunión, afirmó que Bar recomendó “no hacer nada” o, en el mejor de los casos, reducir el número de trabajadores palestinos que ingresan a Israel.
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