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El domingo, el presidente cubano, Raúl Castro celebró Janucá con la pequeña comunidad judía de la isla, un acto muy simbólico, pues su gobierno tiene detenido por espionaje a un judío norteamericano.

Ni Castro, ni los reunidos en la sinagoga Shalom de La Habana mencionaron a Alan Gross durante el encuentro, el cual fue transmitido en el noticiero de la noche de la televisión estatal. Pero, esta noche, su detención de un año sin presentación de cargos pesó en el aire.

Gross afirma que estaba en Cuba como parte de un programa de la USAID para distribuir equipos de comunicación a la comunidad de 1.500 judíos. Judy, esposa de Gross, hizo un nuevo llamado esta semana, pidiendo su liberación. Los líderes de las dos principales comunidades judías de La Habana han negado relación alguna con él.

Castro vestía traje y kipá (solideo, símbolo del respeto a Dios) y se le dio el honor de encender la primera vela de la Menorá. Es la primera vez en la historia de Cuba que Raúl Castro, o su hermano Fidel, se reúnen con la comunidad judía en una celebración religiosa.

Raúl Castro agradeció a sus anfitriones una tarde muy agradable y dijo que esperaba tener más tiempo, en otra ocasión, para conocer más a la comunidad judía en Cuba y la fabulosa historia del Pueblo Judío.

Castro señaló que cumpliría 80 años en junio, pero que estaba en buen estado de salud. Se proclamó complacido de que su país iniciara conversaciones sobre la necesidad de una reforma económica (Cuba anunció que despedirá a 500.000 trabajadores del Estado, permitiendo, al mismo tiempo, más empresas privadas).

Gross, un nativo de Potomac, Maryland, fue detenido por las autoridades cubanas en diciembre 2009. Su familia niega el cargo de espionaje, y afirma que el propósito de su viaje era traer equipo de comunicaciones para el uso de la comunidad judía local.

Según el gobierno estadounidense, su detención es un gran obstáculo para mejorar los lazos entre Cuba y EE.UU.