La kipá arcoíris, que representa la simbiosis entre judaísmo y homosexualidad, salió el sábado durante el desfile del orgullo gay…. Y por primera vez Guimel, el grupo judío gay mexicano se unió a la marcha del orgullo nacional que se derramó sobre la avenida Reforma y recorrió desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, en un despliegue de solidaridad y júbilo.

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“Era un atrevimiento y nos aplaudieron por esta voluntad de querernos acercar” reconocen Roni Waisser y Eli Nassau, miembros fundadores de Guimel, que reúne a lesbianas, gays , bisexuales y transexuales judíos – así como familiares y amigos- en México.“ Se piensa la Comunidad Judía como conservadora y de un solo bloque, en la que todos somos y pensamos de igual manera- y éste fue un estereotipo más que rompimos este sábado”.

Una minoría dentro de otra minoría

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Es un poco así como podríamos calificar a Guimel: un grupo que no quiere aislarse, sino luchar por ser parte de nuestra Comunidad. Así lo dijo Waisser, en entrevista con Enlace Judío: “Queremos que todo aquél que haya vivido dentro de la Comunidad Judía pueda seguir yendo y viviendo sus instituciones como parte de su propia vida de ser gay y ser judío. La Comunidad Judía siempre se ha distinguido por contar con distintos grupos dedicados a apoyar: nosotros ofrecemos un grupo de apoyo esencial dentro de la misma y, en sus distintas instituciones, estamos siendo reconocidos como tal”.

Se llama Guimel porque es la tercera letra del alfabeto hebreo- y porque tiene la G de Gay y la M de México.

Esto constituye una verdadera victoria, pues Guimel, que se constituyó hace un poco más de un año, a instancias de Luis Perelman, cofundador del primer grupo gay judío mexicano, ha logrado “romper estereotipos, que nos conozcan y que conozcan la diversidad sexual en distintas partes del país”. No cabe duda que México ha cambiado y con él la Comunidad Judía de México, pues el grupo pionero de los gays mexicanos, Shalom Amigos, publicaba en un artículo del 2008, en el diario El Universal:

Ssshhhh… Nadie debe saberlo porque nuestra revelación haría pensar que hemos fallado a nuestra comunidad y, de alguna forma, contribuido a que se pierda esta identidad por la que los judíos hemos luchado tantos milenios.

¡Aguantar tantas persecuciones, tantas crisis para que se acabe contigo! Sí, contigo hombre o mujer judío que eres homosexual, bisexual o transexual y que con ello transgredes los mandatos de Dios.

Es una gran presión social pero también una “gigantesca hipocresía, ignorancia y doble moral” la que se experimenta dentro de la comunidad judía a nivel mundial, pero sobre todo en México, ante la homosexualidad. En especial, porque la comunidad judía mexicana es un pueblito con tradiciones machistas, todos se conocen y además predomina la ortodoxia, explica Lior Ben Yosef, fundador del grupo Shalom Amigos, organización que desde hace 13 años se ha dedicado a crear un espacio de convivencia y apoyo para los judíos gays y lesbianas en territorio mexicano.

La homosexualidad, para los ultraconservadores en el judaísmo, es lo mismo que el deseo de robar y de matar, debe ser detenido, prevenido y canalizado de otra manera. Es uno de los tres pecados más graves que uno puede hacer, es igual que la masturbación porque es derramar el semen sin usarlo para procrear.

Pero Shalom Amigos deja claro que: “Somos judíos como todos. Somos tus hijos e hijas, tus hermanos y hermanas, tus tíos, tías, sobrinos, sobrinas, amigos y vecinos. Nos sentamos junto a ti en la sinagoga, somos socios del Centro Deportivo Israelita”

“Los judíos gays siempre hemos estado y seguiremos estando. Porque no somos sólo un rumor, porque el silencio es frío, porque la ignorancia nos minimiza, y porque no hay nada de qué avergonzarnos… por todo esto, es hora de que nos conozcas y que nos empecemos a comprender”, continúan en una leyenda de su página de internet.

Hoy, el silencio, el silencio ensordecedor, ha sido roto. El tono ha cambiado; carece de esta amargura y desesperación; es un tono mucho más sereno, franco y de conciliación. Gracias al apoyo de distintas instituciones, entre ellas Enlace Judío con la primer mención en un medio judío de México de la lucha de unos padres de nuestra Comunidad por aceptar a su hijo gay, el dolor de este grupo se hizo visible y urgente la necesidad de atender a niños , adolescentes y adultos que se enfrentan a la negación, discriminación, aislamiento y exilio y cuya soledad y sufrimiento pueden llevar a las adicciones e incluso al suicidio. Según estadísticas, el índice de suicidios es triple en la comunidad gay que en la población en general.

Hoy, Guimel (www.guimel.mx; facebook.com/guimelmx; @guimelmx), ha sido recibido en varias instituciones de la Comunidad: “La respuesta ha sido sorprendente: las instituciones tienen tanto miedo de decir “no” como de decir “sí”. La cuestión más importante ha sido “Cómo le hacemos” en vez de “No queremos hacerlo”. La Comunidad Judía es única: nos hemos acercado a escuelas, a Tnuot, a mesas directivas y a sinagogas. Poco a poco, mientras se hagan visibles las personas gays a nuestro alrededor, cambiarán aún más las cosas”.

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Los rabinos han abierto sus despachos para escucharlos: “Proteger a aquel que es vulnerable, a aquel que sufre, es la misión suprema del judaísmo: los gays sufren por no sentirse aceptados por su familia y por la Comunidad. Tanto un rabino ortodoxo como otro conservador han coincidido con nosotros de que deben tomarse acciones para la inclusión y desarrollo pleno de todos sus miembros”.

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En los colegios judíos, se hablado, incluso, de incluir la diversidad sexual dentro de otros temas relacionados con diversidad.

Peor que vivir en la negación, vivir en el engaño

Al negar que existen judíos con otras orientaciones sexuales, dicen los fundadores de Guimel, “todos perdemos. La Comunidad pierde, la familia pierde y el chav@ pierde el no estar en el lugar que lo vio nacer, en el lugar donde le hubiese gustado desarrollarse y vivir…”

Peor que la negación y el aislamiento, es vivir en el engaño, sólo por pertenecer: “Tenemos casos en que hombres (o mujeres) se casan bajo presión social y, después de diez años y tres hijos, se sienten infelices, están deprimidos y en un momento de crisis, sale a la luz su verdadero ser: dañan trágicamente la vida de su pareja, que había puesto en ellos sus esperanzas, y se rompe una familia”.

Clínicas para “curar” la homosexualidad

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Si nos basamos en las estadísticas que determinan que entre un 5% y un 10% de cualquier grupo humano tiene tendencias sexuales diferentes, entenderemos que las 200 personas que conforman Guimel no son el conjunto de LGBT judíos en México. Quiénes no se han unido están solos, aislados, incomprendidos, desesperados.

Entre ellos los pertenecientes al grupo ultra religioso: uno de ellos acudió a Guimel, “llegó en un momento de crisis y lloramos juntos” pero finalmente no pudo con la presión y tuvo que irse del país.

La homosexualidad no es una enfermedad. Sin embargo, hay unas pseudo clínicas en México, dirigidas al público judío que prometen “curarla” mediante “terapias reparativas”. Waisser pone en guardia al público acerca de dichas clínicas , pues son dañinas para la salud y la autoestima de los jóvenes… así como para el bolsillo de quienes las contratan: “Son unos charlatanes que cobran y venden a una familia una solución para la cual no existe problema- y por lo tanto no existe solución”.

Finalmente, esperamos que la Comunidad abrace a sus LGBT como lo hace Iris Nassau, madre de Eli: “ El verdadero amor es aceptar a tu hijo como es, no como quieres que sea”.

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Fotos: Yafa Negrete, Rafael Aguilar, Guimel, tomadas durante e desfile del orgullo gay.