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HENRIQUE CYMERMAN

El ejército israelí había calculado que con dos o tres días de ofensiva terrestre tendría suficiente para destruir los túneles que Hamas utiliza para infiltrarse en Israel, dirigir la resistencia armada y el lanzamiento de cohetes. Esta ciudad subterránea, sin embargo, es mucho mayor de lo previsto y ayer, según pudo saber La Vanguardia, el Estado Mayor solicitó al Gobierno dos semanas más de tiempo para completar la misión sobre el terreno.

Los milicianos palestinos presentan una batalla más dura de la prevista. Habían anticipado la invasión terrestre y habían preparado las calles de la ciudad de Gaza con bombas trampas y todo tipo de obstáculos. En una de estas emboscadas, durante la batalla del domingo en Shayaiyah, murieron siete soldados. Su vehículo se había averiado cuando fue alcanzado por un proyectil antitanque. Es posible que un octavo soldado, Oron Shaul, haya sobrevivido. Hamas ha anunciado que lo tiene preso. A cambio del último militar israelí en manos de Hamas, Israel liberó a un millar de presos palestinos. El ejército israelí lo da por desaparecido.

La ofensiva israelí ha disparado el número de muertos palestinos -más de 600, según el último recuento-, pero también empieza a tener un peso muy importante sobre la población israelí. El ejército ha perdido a 28 hombres. El 46% de Gaza está ahora amenazado por los combates y hay más de cien mil desplazados, según la ONU, gente que tiene muy complicado encontrar un refugio adecuado. De ahí que la población civil palestina esté sufriendo tanto. La ONU calcula que son más de 400 los muertos civiles. El ejército israelí reconoce que ha matado, por lo menos, a 170 guerrilleros de Hamas.

Dos semanas más de guerra se anticipan muy duras. Esta perspectiva, unida al efecto que ha causado el derribo de un avión de Malaysia Airlines en Ucrania, llevó ayer a muchas compañías aéreas a cancelar sus vuelos a Tel Aviv. Un cohete palestino burló el sistema de la Cúpula de Hierro y cayó a menos de un kilómetro del aeropuerto Ben Gurion, dañando una vivienda. Fue suficiente para que las compañías estadounidenses -Delta, United y US Airways- cancelaran sus vuelos durante, al menos 24 horas. Air France, KLM, Lufthansa, Swiss y Austrian hicieron lo mismo. British Airways mantuvo los suyos, igual que Iberia y Vueling. El Ministerio de Transportes israelí asegura que “Ben Gurion es seguro y está muy protegido”. Las compañías decidirán, día a día, si vuelan o no a Israel.

El primer ministro, Beniamin Netanyahu, había previsto la dificultad de la ofensiva terrestre y se resistió durante días a ordenar la invasión. Sólo lo hizo cuando se conoció el alcance de la amenaza que suponían los túneles y de acuerdo con los planes del ministro de Defensa, Moshe Yaalon, que calculó que dos o tres días serían suficiente para destruirlos.

Ahora Netanyahu ha de atender la petición del ejército y resistir la presión del ala más nacionalista de su gobierno -Lieberman Erdan y Benet- que le piden que se mantenga en Gaza durante meses si es necesario.

El ejército ha descubierto 23 túneles con 66 bocas de acceso, muchas ubicadas en mezquitas, edificios públicos y casas particulares. Los artificieros los destruyen con explosivos, una tarea lenta y compleja porque los túneles están a mucha profundidad.

El teniente coronel Uri Gordin, jefe de la brigada del Najal, que concluyó su misión en Beit Lahiya y ayer empezó a avanzar por Beit Hanun, declaró a este diario junto al puesto fronterizo de Erez que “esto es una guerra y hacemos todo lo posible para ganar. Hemos detectado la mayoría de los túneles de Hamas, pero necesitamos más tiempo para destruirlos”. El general reconoció que uno de los objetivos de Hamas es capturar a soldados vivos. “Todo les vale para intentar canjear prisioneros, hasta brazos y piernas de soldados muertos -señaló otro oficial-. Creen que nuestro talón de Aquiles es el respeto que mostramos hacia la vida de nuestra gente, pero se equivocan, esa es nuestra fuerza”.

Fuente:lavanguardia.com