Boda-Judia

LA MEIDELE
Parece que todos los paisanos de México ahora nos creemos Yentele la casamentera de El Violinista en el Tejado. Alguna vez se nos dijo que los novios de cada shidaj que hagamos nos tienen que regalar un paraguas cuando se casen, a los tres paraguas supuestamente alcanzaremos el último sueño judío al morir: El Gan Eiden.

Desde entonces, los paisanos vivimos obsesionados por emparejar a nuestros amigos, parientes y hasta desconocidos. Inclusive el hacer shidaj se ha convertido en el deporte oficial de bobes y tías abuelas.

Lo curioso es que nos dedicamos a hacer shidaj aun cuando no nos es solicitado. ¿De verdad es tan difícil para los paisanos creer que alguien soltero puede ser feliz? Probablemente es culpa de la Torá, pues si algo nos tomamos en serio es el “pru urbu”, y pues para procrear necesitamos la vida en pareja. Pero lo que a veces olvidamos es que en pleno siglo XXI hay gente que es feliz sin un novio o novia, que está muy dedicada a su carrera o a cualquier otro interés y se nos olvida que eso es completamente válido.

Para empezar, todos los que tenemos amigos solteros lo primero que les preguntamos cada vez que los vemos es: ¿Y ya estás saliendo con alguien? o Déjame pensar a quien te voy a presentar. Pero la pregunta nunca es ¿Quieres salir con alguien?, los paisanos asumimos que obvio quiere salir con alguien ¿Cómo no?. Aquí es entonces dónde entran las famosísimas y “comodísimas” Blind Dates. Que realmente son absurdas entre los paisanos por dos razones diferentes:
– Facebook. Muchas Blind Dates potenciales se cancelan porque los que iban a salir se buscan en Facebook y deciden que no se gustan de antemano.
– ¡Somos Paisanos! ¿Cómo puede existir una Blind Date con alguien que ya sabes de quién es primo, de quién es ex novio o a qué escuela fue? (Los paisanos sabemos todo de todos).

Sin embargo, los amigos van a estas citas, por más incomodas que sean, para evitar comentarios como: “Es que no te gusta nadie”, “Si te quedas esperando a tu príncipe azul te vas a quedar sola para siempre (aunque sea una chavita de 20 años)”, “Eres súper chinche” o “Es que no te das a conocer”, etc.

Pero los amigos de los solteros no son el mayor problema en cuanto a los shidajs indeseados, las señoras mayores son el peligro más grande. Los paisanos solteros tienen que tomar precauciones todo el tiempo cuando se encuentran en presencia de estas Yenteles profesionales; pues harán todo en su poder para que salgas con sus cientos de nietos y sobrinos.

Primero que nada, cuando estás en una shive o algún lugar público debes tener cuidado con lo que dices en voz alta, no vayas a contar que eres vegetariano o que te gustan los perros, porque estas señoras seguro tienen un nietecito al que le gusta la brócoli o que alguna vez acarició un perro y ya por eso creen que es tu “bashert” (alma gemela). También es importante que los solteros de la comunidad tengan cuidado con términos como “buen muchachito” o “es muy simpático”, eso solo significa que a la persona que les quieren presentar esta fea, sino lo venderían desde un principio por su atributo más deseado: la belleza.

La obsesión de que todos los paisanos tengan pareja es tal, que inclusive a alguien con novio le quieren presentar a un posible candidato, en lugar de decir “no gracias”, contestan: “Tengo novio, pero te paso el teléfono de mi hermana y de mi prima y de mi amiga”. La gente se toma la libertad de repartir el teléfono de los solteros paisanos sin su consentimiento y sin meditar mucho sobre si son personas compatibles o no; el chiste es hacer el shidaj y punto ¿Sino, cómo nos vamos a ir al Gan Eiden? Al final de cuentas parece que lo único que se necesita para hacer un shidaj entre paisanos, es encontrar dos paisanos solteros, lo demás es lo de menos.

Por otro lado están las mamás de los solteros, que tienen todavía un interés más profundo por el shidaj de sus hijos que el Gan Eiden, los nietos. Están tan desesperadas por que sus hijos se casen y tengan hijos propios que van por la vida preguntando por solteros aptos para sus hermosísimos hijos. Pero ojo, tienen que conocer a sus papás, saber a qué se dedican, investigar 8 apellidos y después ya se los presentan a sus hijos.

A pesar de que la obsesión por hacer shidajs empieza a aplicar a los paisanos solteros desde los 15 o 16 años, por obvias razones, sólo va incrementando con el paso del tiempo. Hasta que por ahí de los 30 se vuelve algo constante -y en muchos casos ya cotidiano.

Queramos o no que nos presenten a alguien; como paisanos, solamente tenemos dos opciones: o tener pareja o atenerte a las consecuencias.