El 15 de septiembre en la Sucá del Templo Bet Yosef de la  Comunidad Monte Sinaí se reunieron un grupo importante de voluntarias de la WIZO, organización de mujeres voluntarias para celebrar en conjunto la festividad de Sucot.

Estuvo presente el Rabino Raúl Asquenazi de la Comunidad Monte Sinaí, quien dio una plática acerca de la festividad:

“Cuando escuchamos la palabra Sucot, primero que nos viene a la mente es una Sucá, pero la esencia de Sucot es la alegría y el regocijo. En la Torá está fiesta está denominada Zman Simjateinu (tiempo de nuestra alegría) Se dice que en estos siete días se reparte en la tierra el tiempo de alegría que tendrán todas las personas. La alegría real es la que llevamos por dentro, no sólo con una sonrisa, sino al estar contentos por dentro, en el alma, en el corazón.

Les voy a dar tres consejos para estar contentos todo el año.

1- Para el primero no vamos a remontar a la creación del mundo; las creaciones de Hashem fueron siendo cada vez superiores, hasta que llegó al sexto día y creo a Adam, después creo a Eva, con el propósito de que tuviera compañera y al mismo tiempo aprendiera a compartir todo lo que se le había dado. ¿Cuándo nos sentimos mejor cuando recibimos o cuando damos? La persona se siente mejor dando que recibiendo. ¿Quién se quiere más, padres a hijos o hijos a padres? Los padres a los hijos, desde que nacen los hijos, como padres nos dedicamos a darles, comida, educación, vestido y todo lo necesario para que crezcan de la mejor manera, el hecho que estamos dando nos hace querer más a nuestros hijos que lo que los hijos pueden llegar a querernos. Por esto el primer consejo e DAR.

2-El segundo consejo es tener una misión en la vida, ¿Cuál es nuestra misión? Cada persona tiene una misión, pero perdemos mucho tiempo viendo los logros de los demás. Con la misión que Hashem nos manda, también nos manda una caja de herramientas para que trabajemos por nuestra misión dedicándonos a ella y lograr nuestro cometido. Tener éxito, según la definición social de éxito es: Tener lo que quieres. La realidad es que alegría y felicidad es querer lo que tienes, saber valorar todo lo que ya tienes, sin ver todo lo que lo demás tienen, apreciar al máximo lo que tenemos. Conclusión, no veas lo que los demás tienen, ve y goza lo que Hashem te ha mandado a ti.

3-El tercer consejo nos remonta a la entrega de la Torá, Hashem le ofreció la Torá primero al pueblo de Esau. Éste indagó que estaba escrito en la Torá; Hashem le contesto “No Matarás”. El pueblo le contestó que no la querían porque ellos eran un pueblo guerrero y no podrían cumplir. Después, Hashem se dirigió al pueblo de Ishmael, también preguntó que viene escrito, a lo que Hashem contestó “No Robarás” y el pueblo contestó que, al ser comerciantes, no puedrían cumplir con ese mandamiento. Hashem entonces se dirigió a Sodoma y Gomorra, quienes también preguntaron que está escrito en la Torá, a lo que Hashem contestó “No cometerás adulterio”. Siendo este pueblo cómo era, decide tampoco aceptarla. Así que Hashem se dirigió al Pueblo de Israel, quienes no hizo ninguna pregunta y contestó: “Aceptamos la Torá”.

La realidad es que el Pueblo de Israel aceptó porque era un orgullo tenerla, y un privilegio pertenecer al pueblo de Israel. En el diccionario la palabra privilegio se define: Derecho o ventaja que la persona disfruta. Para demostrarle a Hashem que estamos contentos y orgullosos con nuestro judaísmo, tenemos que disfrutar de nuestras mitzvot (mandamientos), nuestras costumbres y tradiciones. Pero más que nada, disfrutar de la vida.

En conclusión, los tres consejos para ser felices son Dar sin esperar recibir, tratar de ver todo lo que tienes y no ver lo que tiene tu vecino y representa un orgullo para tu judaísmo, para tu país, para tu institución. Disfruten de sus tradiciones pero, sobre, todo disfruten de su vida”

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Shula Serur, Presidenta de Wizo México, agradeció al rabino su presencia y sus palabras y posteriormente le dirigió a la concurrencia unas palabras acerca de Sucá y la WIZO:

“Sucot es un tiempo para gozar y regocijarse. ¿Pero acaso nos sentiríamos alegres si tenemos que dejar las comodidades de nuestra casa para vivir en una pequeña cabaña llamada Sucá?

La celebración de Sucot nos enseña una lección fundamental: Aprendemos que no solo los objetos materiales nos hacen felices. Uno puede vivir en una casa llena de lujos y sentirse completamente miserable. Uno también puede vivir en una vivienda pobre y sentirse muy feliz.

La clave de la felicidad encuentra en la manera que nos relacionamos: En nuestra relación con nosotros mismos y con las personas que nos rodean.

Las cuatro especies que se utilizan en Sucot nos ofrecen indicios importantes sobre la manera de relacionarnos. Estas representan los cuatro tipos de personas:

1 Etrog (Citrón) Tiene buen gusto y buena fragancia. Representa a una persona con sabiduría que realiza buenas acciones.

2 El Hadas (Mirto) Tiene buena fragancia pero no se puede comer. Representa a la persona que realiza buenas acciones pero que no cuenta con sabiduría.

3 El Lulav (Hoja de palmera) Es comestible pero no tiene olor. Representa a una persona con sabiduría pero que no realiza buenas acciones.

4 La Aravá (Sauce llorón) No tiene sabor ni olor. Representa a una persona que no hace buenas acciones ni tiene sabiduría.

En Sucot, reunimos estas cuatro especies, las juntamos y colocamos en un atado para recordarnos que la humanidad es una unidad indivisible hecha de partes distintas. Este reconocimiento es la base de la felicidad. Cuando nos damos cuenta que estamos interconectados el uno con el otro, aprendemos a ser más pacientes y más tolerantes hacia los demás.

Nuestra labor WIZO nos permite compartir nuestras vidas con personas a las que no hubiéramos conocido si no fuera por esta organización: los alumnos de nuestras aldeas juveniles y de nuestras escuelas, que provienen de hogares muy distintos al nuestro y que necesitan nuestra ayuda y apoyo para integrase a la sociedad y alcanzar un futuro prometedor.

Las mujeres en nuestros refugios WIZO que viven una realidad muy distinta a la que conocemos, pero que acuden a nosotros para que las ayudemos a construir una vida independiente.

Las jóvenes mujeres que se encuentran en peligro de caer en una vida marginal y a quiénes proporcionamos el apoyo y amor que les permiten volver al camino correcto.

WIZO es como el Lulav, que nos une a todas juntas y nos hace recordar que somos un solo pueblo y que sigamos inseparables.

Deseo que sigamos sintiendo alegría y regocijo en nuestra labor WIZO. Feliz Sucot”