El pasado martes 6 de septiembre, Yad Vashem y Vaad Hajinuj tuvieron como invitado al Sr. Juan Carlos Sanz Briz, hijo del Sr. Ángel Sanz Briz, mejor conocido como el Ángel de Budapest, y quien fuera galardonado con el premio “Justo entre las naciones” en 1966.

DIEGO BOLAÑOS PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO -Durante la charla, Juan Carlos relató que su padre fue asignado como segundo al mando en la Embajada de España en Hungría. Este país era un lugar muy agradable para vivir, y aunque era aliado de Alemania en la Segunda Guerra Mundial intentó mantenerse al margen del conflicto bélico.

En marzo de 1944 todo cambió. Hitler decidió invadir Hungría con dos propósitos, finalizar el exterminio del pueblo judío y tratar de frenar a las tropas soviéticas que ya iban de camino hacia Alemania.

El general Francisco Franco, en ese momento Jefe del Estado Español, recién había ganado la guerra civil española, y como medida de protesta ante el gobierno “títere” de Hungría retiró a su embajador. Ángel Briz Sanz, que era un diplomático muy joven y con poca experiencia, quedó a la cabeza de la embajada.

“Mi padre se puso en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores de España para pedir instrucciones, porque vio los horrores que ocurrían en Hungría.

Franco, que por un lado le debía favores a Hitler por su apoyo en la Guerra Civil, pero por otro veía que tenía perdida la guerra, no dio una respuesta. Como no hubo respuesta, mi padre, decidió realizar los máximos esfuerzos para salvar al mayor número posible de judíos.

Visitó a las autoridades húngaras, y se quejó de lo que ocurría con la comunidad judía. Poco después obtuvo un permiso para expedir 200 pasaportes a judíos sefaraditas (descendientes de españoles) residentes en Hungría. Echó mano de una ingeniosa táctica para evitar alguna consecuencia en las auditorías húngaras: Utilizó una numeración que no superó el número 200, pero logró emitir 2200 documentos, usando varias veces el mismo número (001, 001a 001b, 001c, 001d, etc.) Estos documentos le proporcionaron protección a un total de 5500 judíos.

También alquiló edificios para poder dar refugio a todas estas personas que se encontraban totalmente indefensas, y se le ocurrió una idea que también tuvieron otras embajadas y que consistió en colocar la bandera española en esos edificios y un cartel diciendo que ese terreno era extra territorial. Al ser suelo español, no podía entrar la policía de otro país. Por consecuencia evitó que los alemanes pudieran entrar en las instalaciones.

Mi padre y Eichmann discutieron varias veces, su argumento principal era que tenía que respetar las casas españolas, porque Franco y los españoles estaban de parte de Hitler.

Se calcula que, entre los salvados y sus descendientes, la cifra llega a entre 40,000 y 50,000 personas que aún viven hoy en día.

En el año del 1966 el Estado de Israel le da la noticia a través de Yad Vashem de que se le ha otorgado el título de Justo entre las Naciones, aunque en ese momento, por su condición política no lo pudo aceptar. En los años 80, finalmente se le pudo otorgar el título de manera póstuma por medio de su esposa.