AMOS HAREL

Miles de personas han salido a las calles en la Franja de Gaza para protestar contra el régimen de Hamas. Las crecientes manifestaciones contra el grupo terrorista pueden conducir a ataques contra Israel.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La intervención de Qatar y Turquía parece proporcionar una solución temporal y parcial a la escasez de electricidad en Gaza. Las promesas de ayuda de ambos países, partidarios de los Hermanos Musulmanes que no desean ver caer a su movimiento hermano, supuestamente ayudarán a estabilizar el régimen islámico en Gaza. Hoy, un joven de uno de los campos de refugiados de Gaza resultó gravemente herido luego de inmolarse en protesta por la crisis de electricidad, y se esperan grandes manifestaciones esta noche en la Franja. Los acontecimientos de esta semana son señales de alerta tanto para Hamas como para Israel, que podría sufrir las consecuencias de esta crisis.

La escasez de electricidad en Gaza empeora cada año debido a una enorme diferencia entre la capacidad de producción y las necesidades de consumo. En días normales, el régimen suministra electricidad a las ciudades y barrios por siete u ocho horas al día.

El consumo aumenta en el invierno y el gobierno de Hamas se ve obligado a reducir el suministro eléctrico a tres o cuatro horas al día. La falta de combustible y las dificultades con la línea eléctrica de Egipto agudizan la crisis, así como una disputa con el gobierno de la Autoridad Palestina sobre la recaudación de impuestos y un impuesto especial sobre el combustible que la AP compra de Israel para Gaza. Los cortes eléctricos en la Franja ya han costado la muerte de personas en hospitales. También han paralizado fábricas e incrementado el desempleo.

Ante estas circunstancias, miles de habitantes se han atrevido a salir a las calles para protestar contra el régimen. En algunos casos, la policía de Hamas ha disparado al aire para dispersar a los manifestantes. La furia en Gaza no es sólo por la crisis de electricidad. También se remonta a la ira por la forma en que Hamas tomó el poder en 2007, reprimiendo brutalmente a sus rivales de Fatah. Además, continúa el proceso de reconstrucción extremadamente lento desde la guerra de Gaza en 2014.

Qatar anunció el domingo que pagará 12 millones de dólares para mantener en funcionamiento la central eléctrica de Gaza. Turquía aportará 200,000 toneladas de combustible que permitirá a los habitantes pasar el invierno. Egipto también ha aliviado un poco la presión, no por un amor repentino a Hamas – que sigue colaborando con célula del Estado Islámico en el Sinaí, sino por un interés comercial y el deseo de ayudar a Mohammed Dahlan, su hombre en Gaza, cuya posición intenta reforzar.

Egipto ha abierto el cruce de Rafah en su territorio por más horas al día e Israel, por su parte, está instalando una nueva línea eléctrica para mejorar la situación en Gaza. Además, se están iniciando conversaciones sobre la venta de gas natural israelí al enclave costero.

Funcionarios de seguridad israelíes consideran que el régimen de Hamas permanece estable. La mayoría de los residentes todavía apoyan a Hamas y la organización mantiene un poder de disuasión eficaz contra los grupos salafistas radicales inspirados por el Estado Islámico. No hay demasiados disparos de cohetes contra Israel, y cada vez que un grupo salafista lanza un cohete, Hamas responde con suficiente fuerza.

Un incidente excepcional ocurrió el domingo contra un vehículo militar en la frontera sur de Gaza. El ejército israelí respondió con fuego de artillería, destruyendo una posición de Hamas. Oficialmente, Israel responsabiliza a Hamas, pero ambas partes dicen que un grupo más pequeño lanzó el ataque.

Sin embargo, la tensión y las manifestaciones en Gaza demuestran que Hamas no sigue tan estable como antes. La organización está fuertemente dividida sobre el esfuerzo de designar a un nuevo líder político para reemplazar a Khaled Mashal, y sobre las diferencias entre la ala política y militar.

Irán, que ha renovado el apoyo financiero a Gaza y suministró a Hamas 80 millones de dólares el año pasado, intenta aprovechar la tensión. Si los habitantes de Gaza intensifican sus protestas sobre la próxima crisis, por el suministro de agua o el sistema de alcantarillado, Hamas podría estar tentado a disparar a Israel. Los esfuerzos de Israel para mejorar las condiciones de vida en Gaza, que las Naciones Unidas advierten que serán intolerables en tres años, siguen siendo lentos e insignificantes.

Mientras Israel y Hamas se mantienen cautelosos en Gaza, el choque en Cisjordania es más público. Las fuerzas de Defensa de Israel y el servicio de seguridad Shin Bet detuvieron a 13 miembros de Hamas en el área de Ramala el lunes, sospechosos de dirigir un cuartel del grupo terrorista en la zona, financiar las operaciones de Hamas y apoyar económicamente a terroristas encarcelados y sus familias.

El Shin Bet anunció que “el descubrimiento de esta infraestructura terrorista revela las continuas intenciones estratégicas de Hamas para debilitar a la Autoridad Palestina. El servicio de seguridad israelí acusó a los sospechosos de recibir dinero en efectivo de miembros de Hamas “en el extranjero y en la Franja de Gaza”.

“El extranjero” es un eufemismo para Turquía. El jefe de la oficina de Hamas en Turquía, Saleh al-Arouri, puede haber salido del país, probablemente debido a la presión de Israel y Estados Unidos, pero su oficina sigue activa. Israel simplemente no ha dicho tales cosas públicamente desde la resolución del asunto de la flotilla de Gaza y la firma del acuerdo de compensación con Ankara el año pasado.

Fuente: Haaretz

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