Entre la Perashá de la semana pasada y la Perashá de esta semana, han pasado 40 años. Nos encontramos ahora en el último tramo de la travesía que comenzó cuando salimos de Egipto. La generación que había vivido en la esclavitud la mayor parte de su vida, desapareció. Los que quedan son sus hijos: que nacieron en la esclavitud pero tuvieron ahora el tiempo, 40 años, para desprogramarse de la mentalidad de esclavos y pensar y actuar como seres humanos libres. Ya no hay voces que reclaman volver a Egipto y vivir una vida de opresión pero sin responsabilidades. Esta nueva generación sabe que tiene que luchar para conquistar la tierra de Israel. Y no tienen miedo.

RABBI YOSEF BITTON

La pregunta

De cualquier manera, la situación no es fácil. Quieren entrar a Israel por el camino de Edom, la vía más directa, pero Edom no les facilita el ingreso. Tienen que bordear Edom. El camino es muy largo y están muy cansados. Miryam, la hermana de Moshé murió y el pueblo se queda sin agua. Entonces nos encontramos con un episodio memorable pero muy triste. El pueblo se queja por la falta de agua. HaShem le indica a Moshé, tomar su vara (maté), congregar al pueblo frente a una roca, hablarle a la roca y mostrarle al pueblo cómo de esa roca (por debajo de la misma) surgirá el agua. Moshé hace casi todo lo que HaShem le dice. La única digresión de la orden divina es que Moshé en lugar de hablarle a la roca, la golpea con su vara. HaShem le dice a Moshé, sin indicar explícitamente cuál fue su falta, que él y Aarón fallaron y que Moshé no va a liderar al pueblo al ingresar a la tierra de Israel. Yehoshua tomará el mando. Y Moshé morirá en el desierto.

Los comentaristas Bíblicos, Rashí, Radaq, Eben Ezra, Ramaban, etc. debaten respecto a cuál fue exactamente el pecado de Moshé. Ya que tiene que ser algo demasiado grave para merecer una sanción tan severa. Vamos a adoptar la interpretación de Rashí. “Moshé no tenía que haberle pegado a la roca, le tenía que haber hablado”. Creo que aun así nos puede parecer exagerado el castigo a Moshé. El error no es tan grave. Especialmente si tenemos en cuenta que HaShem le pide a Moshé que lleve su vara. Y también si recordamos que 40 años atrás, en una situación parecida, HaShem le ordenó a Moshé que extrajera agua de una roca, “golpeando” la roca. ¿Cómo se justifica ahora un castigo tan grande por un error tan pequeño?

Una posible respuesta

¿Qué les parece si vemos, en el contexto de recambio generacional, el aspecto simbólico de “pegarle” a la piedra o “hablarle” a la piedra? La generación anterior era una generación de esclavos. Acostumbrada a los golpes. Es posible que la única forma de hacerlos reaccionar fuera “la vara”, los castigos físicos. Esto es parte de su mentalidad de esclavos. La nueva generación es diferente. Van a entrar a la tierra de Israel como “el pueblo elegido”, el pueblo que sigue la Torá, el libro que enseña autodisciplina (Quedushá). El pueblo elegido no puede ser un pueblo violento. Tiene que ser un pueblo educado. Pensemos en la diferencia entre nuestra sociedad hoy y en la generación anterior.

Hace solo 40 o 50 años atrás los maestros golpeaban a sus alumnos en la clase para disciplinarlos. El mundo, en ese aspecto, cambió radicalmente. En ningún país civilizado se concebirá que un maestro les pegue a sus alumnos. Esto era parte de la cultura. Charlie Chaplin y los 3 chiflados hacían reír por los golpes que se daban unos a otros. Lo mismo ocurría en el seno de las familias. Conozco muchos padres o esposos que fueron criados “a los golpes” y que hoy en día les cuesta liberarse de esa carga. No aprendieron a sustituir la vara por la palabra. No saben establecer su autoridad por el peso de lo que dicen. Les cuesta muchísimo dejar de usar la violencia como una herramienta de persuasión en el seno de sus propias familias. No conocen otra forma de imponer su autoridad. En muchos casos, solo pueden liberarse de esta pesada herencia con ayuda profesional. Y en algunos casos, ni eso alcanza.

Es posible que en nuestra Perashá se trate de algo parecido. La nueva generación tiene que olvidar el poder de la vara y aprender el poder de la palabra. Es como si HaShem le hubiera dicho a Moshé “Toma la vara, ¡pero no la uses! Háblale a la piedra. No la golpees.” Quiero que la nueva generación se libere de la herencia de la esclavitud. Y que aprenda a usar la palabra.

 

 

Fuente:halaja.org