Enlace Judío México – Sara Blau es maestra de Torá y directora de una escuela judía para niñas. Comprometida y sensible nos escribe sus reflexiones sobre el Pirkei Abot (la Ética de nuestros padres) uno de los libros más importantes dentro del judaísmo

El amor incondicional

En el capítulo cinco del Pirkei Abot (Ética de Nuestros Padres) hay un verso que dice “Cualquier amor que depende de una condición termina cuando la condición se acaba; pero si no depende de nada, jamás terminara”

Es normal sentirse atraído a una pareja por alguna razón externa, pero cuando la relación termina en ese punto, hay un problema mayor, el amor condicionado termina. El mejor ejemplo de este tipo de amor vano es retratado en el Pirkei Abot como el amor que Amón (hijo de Judá) le tenía a Tamar. Sentía una atracción inmensa por la belleza de Tamar. Sin embargo, su amor no era más profundo, cuando acabó su deseo, acabó su amor.

Este verso puede ser visto como una metáfora del amor a D-os. Al inicio puede parecernos adecuado amar a D-os por habernos dado hijos, o casa, o alimento, o cualquier otra cosa necesaria. Sin embargo, ¿qué sucede con ese amor el momento en que mi vida no coincide conforme a mis planes y deseos? Lo cual ocurre cotidianamente.

El amor puede empezar por una razón externa, sin embargo necesita madurar a un amor incondicional. Éste es el tipo de amor que tenía Jonatán por David, el amor absoluto que le tenía le permitió aceptar la idea de que David sería rey en su lugar.

De la misma forma, nuestro amor a D-os también necesita madurar en un lazo más profundo que cualquier condición o petición que podamos exigir. Y es esta conexión tan especial entre nosotros y D-os lo que nos asegura que vivamos el tipo de amor que jamás terminará.

Fuente: chabad.org
Traducción Séfora