Enlace Judío México.- Israel librará una campaña intransigente contra Irán y Líbano, no solo contra Hezbolá, si estalla una guerra en el norte.

ANNA AHRONHEIM

Con la impactante renuncia de Saad Hariri como primer ministro del Líbano el sábado por la noche, la frontera norte de Israel se ha vuelto aún más inestable, pero el estado judío tiene más libertad de acción si se desata una guerra en toda regla con Líbano.

Hariri hizo el anuncio de que dejaría su puesto en la capital de Arabia Saudita, Riad, y citó el control de Irán sobre su país y su temor de que compartiría la misma suerte que su padre, el ex primer ministro libanés Rafik Hariri, asesinado por un coche bomba en 2005 del que fueron culpados Siria y Hezbolá.

Mientras las Fuerzas de Seguridad Interna del Líbano más tarde emitieron una declaración en la que se distanciaba de informes no confirmados sobre la supuesta conspiración, Hariri, hablando en la cadena de televisión Al-Arabiya, dijo que estaba “viviendo en una atmósfera similar a la que precedió al asesinato del mártir Rafik Hariri“.

Hezbolá se formó en la década de 1980, con la ayuda de Irán, como un grupo de resistencia contra la presencia militar israelí en el sur de Líbano. Ahora, Hezbolá está profundamente arraigado en la política y la sociedad libanesa, con miles de chiitas libaneses dependiendo del grupo para recibir apoyo social, médico y financiero.

El grupo terrorista preeminente del mundo también se transformó de una célula terrorista en un cuasi ejército, con un arsenal masivo de armamento avanzado que les dieron sus patrones iraníes y miles de combatientes endurecidos en la batalla diseminados por Medio Oriente.

Hezbolá es el enemigo más peligroso de Israel.

El domingo, Yoav Gallant, miembro del gabinete de seguridad y ex general de las Fuerzas de Defensa de Israel, dijo a The Israel Project que la renuncia de Hariri debería ser una llamada de atención para la comunidad internacional.

Irán controla realmente Líbano, Irak y está trabajando muy duro para tomar Siria. Este es un gran peligro para la estabilidad de la región y la paz del mundo. Hariri entiende muy bien que después de la masacre que está teniendo lugar en Siria, podría ser el siguiente en la línea, como le sucedió a su padre Rafik al-Hariri, y lo dice con sus propias palabras“.

Después de la renuncia de Hariri, el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, se dirigió a Twitter diciendo que “Líbano = Hezbolá”. Hezbolá = Irán. Líbano = Irán. Irán es peligroso para el mundo. Saad Hariri lo ha demostrado hoy. Punto“.

El mes pasado, Lieberman se lamentó de la “realidad” en la región y dijo: “El ejército libanés ha perdido su independencia y se ha convertido en parte integral de la red de Hezbolá“.

Hariri, un musulmán suní que formó un gobierno el año pasado, acusó al chiíta Teherán de “crear un estado dentro del estado … en la medida en que tiene la última palabra sobre cómo se manejan los asuntos del Líbano“.

Y eso parece. El presidente de Líbano, Michel Aoun, es un aliado de Hezbolá y se cree que fue un nombramiento de Irán. El ejército libanés, a pesar de la ayuda que recibió de Occidente (incluidos dos aviones de ataque ligero S-29 Super Tucano de EE.UU. la semana pasada), tiene muchas menos armas que Hezbolá y está cooperando con el grupo terrorista.

En su discurso de renuncia del sábado, Hariri también acusó a Hezbolá de usar “el poder de sus armas para imponer un hecho consumado” y afirmó que “Hezbolá es el brazo de Irán no solo en el Líbano, sino también en otros países árabes“.

Hariri también acusó a Irán de “propagar la destrucción y la contienda allí donde está” y de tener “control sobre el destino de los países de la región“.

En una entrevista a mediados de octubre con el periódico italiano La Repubblica, Hariri habló de la intromisión de Irán en los asuntos internos de los países árabes, calificándola de “absolutamente inaceptable“, afirmando que Irán debería desempeñar un papel positivo que ayudara en el desarrollo económico y la seguridad y no contribuir a la desestabilización.

En la misma entrevista, Hariri dijo que se había unido a un gobierno de coalición con Hezbolá, “dejando de lado” sus diferencias para servir y unir al país. Ahora, parece que Hariri ha dado a Israel más legitimidad para una campaña a gran escala e intransigente contra Irán y Líbano, no solo contra Hezbolá, si estalla una guerra en el norte.

Y si esa guerra estalla, como dijo Gallant, Israel “llevará al Líbano de nuevo a la edad de piedra“.

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Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico