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ALEX ROWELL

 

El cierre abrupto de un diario pro-Hezbollah ha regresado la atención a los males económicos del Partido de Dios – y de Irán.

El cierre repentino,  a principios de este mes,  de la edición en idioma inglés del prominente diario libanés Al-Akhbar, pareció tomar por sorpresa incluso a sus propios empleados.

“Al-Akhbar English, donde he estado empleada como escritora colaboradora regular […] ha cerrado y un importante proyecto del que yo iba a ser parte ha sido cancelado abruptamente sin ninguna explicación,” escribió una ex columnista en su blog personal. “Al-Akhbar English acaba de cerrar/despedir al personal entero una semana después de prometer que todos ellos obtendrían permisos de trabajo”, dijo un ex editor del sitio web en Twitter.

La decisión fue atribuida por la administración a fondos insuficientes para un plan de expansión comercial. Es por esa razón que algunos ex empleados de la edición en idioma árabe creen que puede haber un giro político para la historia. Específicamente, ellos acusan que el diario simpatizante de Hezbollah (cuyo jefe de redacción tiene colgado en su oficina un retrato del fallecido militante de Hezbollah, Imad Mughniyeh, y escribió en el 2012: “La resistencia es todo para nosotros […] Sayyid Hassan Nasrallah sólo tiene que susurrar en mi oído, y detendré la publicación de Al-Akhbar sin dudar”) fue la última víctima de la crisis financiera más amplia que ha asediado a Hezbollah en los últimos meses, según se informa, como resultado de los problemas económicos que enfrenta el principal patrón del Partido, Irán.

Fidaa Itani, principal ex periodista de Al-Akhbar (y ahora un contribuyente de NOW), dice que las distintas fuentes de financiación del diario han incluido a los gobiernos qatarí, sirio, e iraní, además de individuos “muy cercanos a Hezbollah.” La financiación qatarí terminó muchos años atrás, mientras que las contribuciones sirias se han “atrasado” últimamente, dijo Itani a NOW.

“Podemos decir que las finanzas de Al-Akhbar reflejan el presupuesto de Hezbollah, así que en una u otra forma ustedes pueden vincular el cierre (de la edición inglesa) con los recortes financieros sufridos por Hezbollah,” concluyó Itani.

Cuando fue contactado por NOW en busca de comentarios, Al-Akhbar negó categóricamente los alegatos de Itani. “Son infundados de hecho”, dijo Amer Mohsen, columnista principal del diario. “No recibimos financiación ni de gobiernos ni de partidos políticos”, sí en cambio de “inversores privados”, dijo Mohsen a NOW. Uno de tales inversores es el ex primer ministro Najib Miqati, un multimillonario que “posee una parte” del diario, según el propio jefe de redacción, Ibrahim al-Amin. Otro es Hassan Khalil, un banquero inversor en Londres, de quien se dijo en un perfil de Al-Akhbar del año 2010 en el New York Times era su accionista y financista principal.

Hezbollah, ajustando las cuerdas de la bolsa
 
Ya sea por coincidencia u otra causa, el cierre de Al-Akhbar English llega en un momento de dificultad financiera sin precedentes para el Partido de Dios, según muchos informes recientes.

Un artículo de Newsweek en enero citó a “funcionarios de Hezbollah y observadores cercanos al partido” diciendo que últimamente habían sido puestos en vigencia un número de medidas de austeridad, incluyendo recortes en pagos de salarios, disposiciones socio-económicas tales como ayuda médica para familias de combatientes, y estipendios a aliados políticos.

De igual manera, un artículo del  Christian Science Monitor, también en enero, citó “fuentes libanesas cercanas a Hezbollah” en el sentido que el Partido ha “reducido a la mitad” ciertos salarios y pagos atrasados a proveedores de sus empresas comerciales.

El Partido está cambiando también la divisa en la cual son pagados algunos salarios de dólares estadounidenses a lira libanesa, según Loqman Slim, una sociedad civil activista con residencia en el vecindario Dahiyeh, en gran medida pro-Hezbollah, de Beirut.

Sources: Financial Times, Citigroup (NOW)

En el corazón de estos reveses financieros está la economía iraní, y el maltrato que ha recibido como resultado de la caída de los precios petroleros, sanciones internacionales restrictivas, y los costos operativos de financiar actividad militante simultánea en países que incluyen a Siria, Irak, Líbano y Yemen.

De us$116 por barril en junio del 2014, el precio del petróleo crudo Brent se desplomó a u$s45 en enero del 2015, y se encuentra en u$s54 al momento de escribir esto. Por el contrario, el Irán productor de petróleo necesita un precio por lo menos de u$s130 por barril a fin que sus ingresos cubran sus gastos, según el Financial Times.

Esos gastos, al mismo tiempo, se han disparado en los últimos años a medida que Irán ha asumido un rol de primera línea en casi todos los principales conflictos militares del Medio Oriente. Un diplomático citado en el informe anteriormente nombrado de lChristian Science Monitor dijo que el apoyo de Teherán al régimen de Bashar al-Assad en Damasco, por ejemplo, está costando entre mil y dos mil millones de dólares por mes, sumando rápidamente a un déficit presupuestario iraní de unos 9 mil millones para enero. Poca sorpresa, tal vez, que los líderes de Irán ahora estén considerando medidas excepcionales tales como vender la exención del servicio militar obligatorio a sus propios ciudadanos.

“Irán está en guerra en tres, cuatro—no sé—cinco, seis frentes diferentes, y está ordenando sus prioridades”, dijo Slim. “Qué es más importante, asignar dinero [para la actividad militar] o darlo a Al-Akhbar? Estas son decisiones lógicas.”

Pero las arcas de guerra de Hezbollah no se ven  afectadas
 
A pesar de la magnitud de estos desafíos, no se espera que impacten materialmente en las operaciones militares de Hezbollah por el momento, según los analistas.

Una razón para esto es que los fondos iraníes del Partido no llegan del presupuesto regular estatal sino de un presupuesto separado supervisado directamente por el Líder Supremo , Ayatollah Ali Khamenei. Además, Hezbollah disfruta de acceso a los cofres de dotes religiosas lucrativas en Irán, llamadas bonyads, tanto como a un conjunto de fondos derivados de gravámenes especiales, conocidos como khums, gravados por los clérigos iraníes y aprobados por el estado sobre los seguidores religiosos.

Además, en sus tres décadas de existencia, Hezbollah ha desarrollado un número sustancial de fuentes de financiación no iraníes  que van desde sus propias empresas en Líbano y otras partes de donaciones de partidarios que viven en el exterior   y  del crimen organizado: se dice que el tráfico de cocaína solamente, identificado por Interpol como un medio de recaudación de fondos del Partido, representa tanto como u$s200 millones mensuales, según el estimado de un analista.

Y, por último, tanto Hezbollah como su patrón iraní tienen razones estratégicas e ideológicas para dejar las arcas de guerra intactas, según Slim.

“En cualquier régimen totalitario como el iraní, los presupuestos de defensa no son afectados”, dijo Slim a NOW. “Corea del Norte es un buen ejemplo—ellos están preparados para sacrificar la salud de la población [a fin] de seguir produciendo armas, y no les importa.”

“E Irán y Hezbollah no son muy diferentes en términos de forma de pensar.”

Fuente: NOW Lebanon

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México