El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, ha anunciado que ha disuelto el Gobierno y que mañana mismo nombrará un nuevo Ejecutivo, tras una jornada de manifestaciones masivas en contra de su régimen que ha obligado a decretar el toque de queda y a desplegar al Ejército para contener las protestas.

“He ordenado que renuncie el Gobierno y que sea formado mañana otro, para que adopte nuevas funciones”, ha afirmado Mubarak en su primera intervención pública desde que estallaran las revueltas sociales que dejan una veintena de muertos y más de 1.000 heridos en todo el país.

En su discurso, el gobernante de 82 años ha asegurado que era consciente de las demandas de reformas políticas, sociales y económicas que han llevado a los ciudadanos a salir a la calle, pero ha insisitido en la necesidad de mantener la seguridad bajo control.

“Hay una línea muy estrecha entre la libertad y el caos”, ha afirmado el presidente egipcio, que también ha prometido “reformas” de calado en todos los ámbitos.

“Soy consciente de las aspiraciones en favor de más democracia, de luchar contra el desempleo, contra la pobreza y contra la corrupción”, ha afirmado Mubarak. “Pero los objetivos que se buscan no pueden ser logrados por la violencia, sino por el diálogo nacional y esfuerzos que unan a las partes”.

Defiende la la labor de las fuerzas de seguridad

El máximo dirigente egipcio ha lamentado “las vidas de inocentes que se han perdido”, a la vez que ha defendido la labor de las fuerzas de seguridad.

“Trabajaré día tras día por los egipcios, por los que sufren”, ha afirmado Mubarak, dejando claro que él no dimite, a pesar de que las protestas se han centrado en las últimas horas en pedir su renuncia. El líder egipcio, que lleva en el poder desde 1981, termina así con todo tipo de especulaciones sobre su futuro.

Además, ha hecho un llamamiento especial a los jóvenes “para trabajar por el interés de la gente”. “Incendiando los bienes no se puede satisfacer las aspiraciones de la gente”, ha añadido.

La oposición “insatisfecha”

Las reacciones al discurso del mandatario egipcio no se han hecho esperar y varios grupos de la oposición se han mostrado insatisfechos y han insistido en la necesidad de que el gobernante renuncie.

“El discurso de Mubarak no cumple con las aspiraciones del pueblo”, ha señalado en un comunicado la Asamblea Nacional para el Cambio, liderada por el Premio Nobel de la Paz, El Baradei.

Según este grupo, creado hace un año para impuslar reformas electorales y políticas en el país, los egipcios deben persistir en las protestas que protagonizan desde el martes pasado, “hasta que se vaya Mubarak”.

Otro partido de la oposición, el Ghad, liderado por el excandidato presidencial Ayman Nur, ha rechazado también el discurso y ha dicho que no se corresponden con las peticiones populares. “Lamentamos que él no haya entendido estas peticiones por un cambio”, ha agregado el grupo político.

La cadena qatarí Al Yazira, por otra parte, ha recogido las declaraciones de Abdelmenam Abdelfatah, dirigente de los Hermanos Musulmanes, el principal grupo de la oposición, en las que ha dicho que Mubarak debe dejar el poder y ha pedido la ayuda del Ejército para mantener la seguridad.

La “madre” de todas las manifestaciones

Los enfrentamientos entre policías y manifestantes en varias ciudades egipcias han alcanzado su punto álgido este viernes, cuando el Gobierno se ha visto obligado a decretar el toque de queda y a desplegar al Ejército para contener las mayores protestas en los 30 años del régimen de Mubarak.

Según el último balance médico, al menos 29 personas han muerto en los disturbios en las ciudades de El Cairo y Suez y hay más de 1.000 heridos.

Los manifestantes han incendiado la sede del gobernante Partido Nacional Democrático en la capital y han asediado la sede de la televisión pública y del Ministerio de Asuntos Exteriores.

El incendio del edificio del PND amenaza al Museo Nacional de El Cairo, donde se conservan auténticos tesoros arqueológicos, entre ellos valiosos restos faraónicos.