DEBORAH JACOB

Seguramente ya habías oído antes sobre la energía renovable obtenida del viento, mejor conocida como energía eólica, ésta es generada por efecto de las corrientes de aire, y que es transformada en otras formas útiles para las actividades humanas.

Pero a que no sabías que el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, es un lugar importantísimo para la misma, Este lugar atrae la atención internacional ya que el viento que sopla en esta estrecha franja de tierra que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, representa uno de los recursos eólicos más importantes del mundo. El istmo tiene un potencial estimado de 15,000 MW de energía, suficiente para abastecer 15 millones de hogares europeos.

Y mucho menos sabias que los proyectos contemporáneos de energía renovable, están creando tensión y discordia, particularmente en el sur. Los conflictos se derivan de la asignación de tres componentes críticos de la producción de la energía renovable: Capital, tecnología y territorio.

Las compañías europeas de energía, especialmente las de España, empezaron el desarrollo de 2,500MW de producción de energía eólica en el Istmo. Las comunidades indígenas que han hecho tratos con estas compañías internacionales de electricidad han sido impactadas de manera negativa por varias razones:
– Las comunidades son excluidas o marginadas en el contrato. En muchos casos, el gobierno de Oaxaca negocia directamente con las compañías internacionales, sin permitir que las comunidades expresen su opinión, incluso cuando el territorio pertenece a la gente indígena.
– Los acuerdos eventualmente firmados por la comunidad, usualmente están escritos en español en vez de estar escrito en la lengua indígena apropiada, lo cual conduce a malentendidos acerca de los términos del contrato.
– Las comunidades no saben cuánto debería pagar una compañía por
usar su viento.
– Los contratos limitan cómo los habitantes indígenas pueden usar su terreno. Los contratos de renta pueden llegar a los 30 años. Durante este periodo, las compañías mantienen un control efectivo del territorio y deciden bajo qué términos la comunidad puede usar su territorio.

A pesar de estas condiciones desfavorables, las comunidades indígenas del Istmo de Tehuantepec trabajaban con las compañías internacionales de energía ya que no tenían alternativa, hasta que el emprendedor social de ASHOKA, Sergio Oceransky propuso una solución y trabaja en ella a diario.

Sergio está democratizando la economía de la energía renovable haciendo posible para las comunidades participar y beneficiarse de proyectos de energía eólica a gran escala. La organización de Sergio, Grupo Yansa, provee a pescadores y campesinos con recursos financieros, tecnológicos y educación necesaria para construir y operar granjas de viento, vender energía limpia y financiar el desarrollo social de los programas. El objetivo de Sergio y de ASHOKA es contribuir a una transición más justa a una energía sustentable en donde la energía renovable se convierte en el motor de desarrollo de las comunidades.

En conjunto las entidades del Grupo Yansa trabajan para construir un proceso en el cual la transición a la energía renovable conduzca a una distribución más justa y democrática de los recursos energéticos, no solo para unas cuantas granjas eólicas en el sur de México, sino como un modelo alternativo de negocio para los países en desarrollo.

Ashoka, encontrando emprendedores, para solucionar los problemas que más afectan a la sociedad.