LEÓN OPALÍN CHMIELNISKA

Las políticas expansionistas aplicadas en las economías desarrolladas en el 2010 permitieron un mayor dinamismo de la actividad productiva en varias de ellas, particularmente en la de EUA y Alemania, con efectos multiplicadores en naciones emergentes, entre ellas México. El PIB global subió 4.8% el año pasado, frente a una caída de 2.0% en el 2009; no obstante, en los países de la Unión Europea (UE) que han tenido problemas de deuda soberana y en sus sistemas financieros, el adelanto económico fue limitado. Asimismo el PIB de Japón declinó 1.1% en el último trimestre del ejercicio pasado. En este ámbito, las calificadoras Moody’s y Fitch Rating redujeron la calificación de la deuda soberna de España y por su parte la Autoridad Bancaria Europea decidió aplicar una nueva ronda de estrés aparte de los banco de la UE.

En el contexto de la recuperación económica global, se considera que el ritmo de avance de la producción alcanzado y la existencia de capacidad excedente de la planta productiva, no han permitido alimentar un crecimiento sostenible del empleo; en el caso particular de EUA, el total de personas ocupadas en la economía, alrededor de 140 millones, es 5.0% inferior al número existente al final del 2007, previo al inicio de la crisis. Sin embargo, diversos gobiernos de las economías desarrolladas planean retirar los estímulos fiscales y monetarios otorgados para estimular el crecimiento económico, en virtud de que concluyen que han sido uno de los factores de ensanchamiento de sus déficits fiscales; igualmente, ante la substancial alza de los precios internacionales de los energéticos y otros commodities, especialmente los de los alimentos, existe el temor de que se inicie un proceso inflacionario ante el cual se justificaría la instrumentación de políticas restrictivas que implícitamente favorecerían el aumento de las tasas de interés. El presidente del Banco Central Europeo ha manifestado que en la UE se prepara el terreno para un incremento de la tasa de referencia, actualmente ubicada en 1.0%.

En este marco, el Fondo Monetario Internacional ha expresado preocupación por el extraordinario repunte de las cotizaciones internacionales del crudo a raíz de las revueltas sociales observadas en el Medio Oriente y en África del Norte; a su vez, el Bank of America ha indicado que si se da un mayor deterioro social en esas regiones y los precios del crudo superan de manera consistente los niveles actuales, y se mantienen en el mediano plazo, existe el riesgo de que se pueda originar una nueva recesión. Diferentes analistas piensan que no se vislumbra la paz social en el Medio Oriente y África del Norte en el corto plazo, ya que los cambios democráticos demandados en los países enfrentan la inexistencia de una infraestructura institucional para concretarlos; por lo demás, los productores de crudo de esas regiones parecen estar interesados en que los precios del energético se mantengan elevados para maximizar sus ganancias.

Por otra parte, Arabia Saudita, uno de los más importantes países productores y exportadores de petróleo en el mundo, ha señalado de que en caso de que se registre una baja importante de la producción del crudo en la región del Medio Oriente y África del Norte, tiene la capacidad para aumentar la oferta de petróleo en el corto plazo. No obstante que el gobierno de Arabia Saudita prohíbe las manifestaciones públicas, estas ya se han realizado por parte de la minoría chiíta en demanda de reivindicaciones sociales, lo que crea temor de que se pudiera registrar interrupción en el suministro de hidrocarburos, que afectaría especialmente a Europa, que depende de las importaciones de esas regiones; el terremoto en Japón ha creado mayor volatilidad en el mercado petrolero internacional.

Igualmente, el encarecimiento del petróleo ha propiciado el aumento de energéticos con base a maíz y otros granos, agudizando el alza de precios de estos últimos y la insuficiencia de su oferta en los mercados, frente al incremento de su demanda, sobre todo de las grandes economías emergentes. Las cotizaciones de los alimentos ya superan de manera importante el nivel que tuvieron en el primer semestre del 2008, cuando se observó una crisis alimentaria mundial.

El destape de los precios del petróleo, de los energéticos, los metales, los alimentos y las materias primas alimenticias, ha creado incertidumbre en las grande economías emergentes como China e India, donde se registra crecimientos anualizados de la inflación de 7.0% y 5.0% en cada caso. Sin embargo, aún no se percibe un freno importante de la actividad productiva; en China por ejemplo las exportaciones en los primeros dos meses del año crecieron rápidamente, previéndose que el PIB podría acrecentarse entre 9.2% y 9.5% en el presente ejercicio, comparada con 10.3% en el previo. No obstante, si la tasa de inflación asciende a un mayor ritmo en los próximos meses y se aliente aún más la burbuja inmobiliaria que ya se registra, el gobierno de China podría implementar nuevas medidas restrictivas.