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La comunidad judía de Japón ya ha donado unos 35.000 dólares para suministrar alimentos y refugio a los cientos de miles de damnificados que quedaron sin hogar después del terremoto y posterior tsunami que azotaron el norte del país la semana pasada y provocaron al menos 7.000 muertos y unos 10.000 desaparecidos.

El tesorero de la entidad que la representa en Tokio, Philip Rosenfled, precisó que ese monto fue recaudado por los 2.500 judíos que viven en ese país y la ONG estadounidense American Jewish Joint Distribution Committee.

“La comunidad judía de Japón está mayormente compuesta por estadounidenses, europeos e israelíes, pero también somos parte de la sociedad general japonesa y queremos hacer todo lo posible para ayudar en este momento de necesidad”, señaló.

En tanto, en Kobe, a unos 400 kilómetros al sudoeste de Tokio, refugiados israelíes participaron, el viernes, de una cena de Shabat en la sinagoga Ohel Shelomoh, durante la cual relataron su terrible experiencia.

“Después del terremoto, un helicóptero apareció sobre mi casa y (desde allí) gritaron ‘¡Tsunami! ¡Tsunami! ¡Tsunami!’ a través de altavoces”, recordó Ariel Meirson, que vive en Sendai, que fue el epicentro de la tragedia natural.

“Escuché la advertencia y corrí a buscar al propietario de la casa, pero no estaba a la vista, así que salí corriendo, pero nadie había en las casas o en la calle”, continuó.

Meirson relató que “finalmente encontré a alguien que me dijo que todos se estaban guareciendo en el tercer piso de la escuela local, para que el agua no los alcanzase”.

Allí esperaron en la oscuridad, pero el agua se detuvo a unos cientos de metros de la escuela, tras destrozar gran parte del barrio en su camino.

“La gente está luchando por su vida: si el terremoto y el tsunami no se la llevaron, el frío y el hambre lo harán”, resumió Meirson, quien escapó atravesando todo el país en auto y ahora está viviendo en la sinagoga de Kobe, gracias al rabino David Gingold.