Enlace Judío México – La comunidad judía de México hoy enfrenta una situación muy particular; varios de sus integrantes perdieron su casa y sus cosas en el terremoto que ocurrió el pasado 19 de septiembre. El país entero aún se encuentra en desamparo y se estremece a cualquier señal de movimiento pequeño. También justo en estas épocas llegó la festividad de Sucot.

Sucot es para nosotros como un respiro para el alma en medio de la adversidad. Nos recuerda que D-os está con nosotros incluso en los momentos más difíciles y en las situaciones más precarias. En Sucot todos salimos de nuestras casas dejamos la seguridad y el cobijo que nos da una pared de ladrillo una losa de concreto y habitamos un espacio con techo de palma.

Vivimos ocho días en un lugar que no sabemos si el viento se lo llevara en la noche, ni asegura que la lluvia no caiga sobre nuestras cabezas. Un lugar que está a la intemperie y sin embargo le damos el nombre de “santuario” y decimos que es la fuente de toda alegría.

La Sucá es sagrada, tan sagrada que incluso los jasídicos de Lubavitch van en contra de su forma natural de actuar, retan las costumbres de siglos y se niegan a dormir en ella porque no quieren desacralizarla. Es el único lugar en esta tierra que aún puede contener a la Presencia Divina, el único lugar que llama con esa fuerza a D-os. La mejor forma de rodearnos de Su gloria.

Sucot es la fiesta de la alegría porque nos recuerda que D-os jamás nos abandona, que incluso en las situaciones más precarias está con nosotros, porque a dónde camina el hombre Él lo acompaña. Y no necesitamos nada más que el corazón para buscarlo.

Pues D-os no se encuentra en la suntuosidad, D-os se aparece cuando más lo necesitamos. A todos los damnificados, desde el centro de nuestro corazón y compartiendo su dolor les deseamos Jag Sameaj y que encuentren alivio pronto.