Carta sobre mi Comunidad
Adela Smeke Mizrahi

Estudiante de Pedagogía en la Universidad Anáhuac.
Miembro activo de su comunidad, abocada a la mejora continua.

Hablar de comunidades es hablar de política. Pero también hablaremos de elitismos, burocracias y totalitarismos. El tema de las divisiones comunitarias tuvo en sus orígenes motivos de importancia. No imagino ninguna coincidencia entre un judío ilustrado sobreviviente del holocausto con un judío que salió de Líbano y se dedicaba a comerciar. Empezando por el idioma, no tenían una forma de comunicación común, ¿cómo iban a coexistir?

Con el paso de las generaciones se ha creado una identidad judía mexicana en la que comemos kipe pero le ponemos guacamole.
Cocinamos guefilte fish a la veracruzana. Han habido muchas situaciones en que los líderes comunitarios (incluyendo figuras religiosas) segregan a otros judíos por diferencias en el grado de observancia, como fue el caso de los rabinos en Espejos o del Bar Mitzvá que hubo en Bet-El ¿Hacia dónde estamos encaminados?, ¿qué mensaje estamos difundiendo entre los miembros comunitarios?

¿Cómo somos capaces de exigir respeto y tolerancia de nuestros compatriotas cuando nosotros no hemos aprendido a respetarnos a
nosotros mismos?, ¿cuán buena es nuestra memoria histórica? Décadas de prosperidad y tolerancia nos hacen olvidar siglos de marginación y rechazo, no asumimos la historia que representamos.

Demos un fondo a nuestro judaísmo, rico desde sus cimientos; retomemos los valores básicos y fomentemos una sana convivencia
entre nosotros. Demos cabida a la pluralidad, abramos los ojos ante la realidad, escuchemos a las nuevas generaciones, olvidemos los contrastes y maticemos nuestros escenarios. Seamos responsables por quienes somos y tomemos una participación proactiva en lo que queremos convertirnos. Los beneficiados seremos nosotros.

En esta época donde todo tiene precio pero nada tiene valor, es necesario plantear una educación sin eufemismos que ayude a forjar una identidad sólida y a fomentar valores. Una conciencia global que involucre a nuestras familias, nuestras comunidades, y por supuesto, a nosotros mismos.

DEL LIBRO “IDEAS JÓVENES” DE FUNDACIÓN METTA SAADE