CÓMO HACER DE TU HIJO UN HOMBRE RICO

Hasta hace unos cinco años, la mayoría de las familias imaginaba que la educación económica consistía en tener un cochinito, separar una cantidad de dinero semanal para “el domingo” de los niños, y en compartir el regaño constante de que “el dinero no crece en macetas”. Las cosas han cambiado.
Ahora, educadores, expertos en psicología infantil y padres de familia están conscientes de que los pequeños necesitan empezar a aprender del mundo del dinero de una manera sistemática, constante y divertida. El proceso de “alfabetización económica” arranca desde que cumplen cuatro o cinco años de edad, cuando comienzan a razonar.
La alfabetización económica no trata de convertir a los niños en minieconomistas, sino de dotarlos de herramientas para su futuro.
Evelyn Diez-Martínez, quien investiga los pensamientos económicos de jóvenes mexicanos desde la Universidad Autónoma de Querétaro dice que los niños deben adquirir los conceptos y experiencias prácticas para entender y participar en actividades económicas cotidianas. “Así como les enseñamos a leer y contar, les debemos enseñar sobre la economía. Les sirve para vivir”, explica.
Lo que los padres buscan para sus hijos es que crezcan como consumidores sanos, que se realicen en su vida profesional, con salarios justos, y que participen activamente en sus finanzas personales y las de su familia . ¿La buena noticia? Si das lecciones frecuentes y apropiadas a tus hijos en tu hogar, desarrollaran los hábitos necesarios para ser económicamente sanos e independientes.

Una de las metas de cualquier padre o madre es que sus hijos entiendan la importancia de ahorrar. Las investigaciones del economista inglés Adrían Furnham destacan que las personas que reciben una cantidad semanal de dinero durante su juventud –aprenden cómo administrar este dinero bajo la supervisión de sus padres-crean hábitos de ahorro y tienen un mayor control sobre sus finanzas personales como adultos.
Otra meta fundamental es que los hijos adquieran confianza sobre sus capacidades ocupacionales y sean felices en su futuro trabajo. Diez –Martínez ha encontrado que entre mayor sea la información sobre tipos de empleo que un padre comparte con su hijo, existen más probabilidades de que éste escoja una ocupación realista y satisfactoria para sí mismo en el futuro.

Una guía para tu familia

Si es tan buena la educación financiera, ¿porqué no hay más padres trabajando en ella? “Muchos padres no piensan en ayudar a sus niños con la educación financiera porque, primero, nadie les enseñó algo parecido cuando fueron jóvenes; segundo, les parece aburrido hacerlo; y tercero, la mayoría de padres no saben por dónde empezar”, explica Joline Godfrey, directora y fundadora de la empresa educativa Independent Means, que ofrece cursos familiares en materia financiera.
Estos cinco puntos pueden servirte como guía para que empieces a alfabetizar financieramente a tus niños.

El aprendizaje económico es parte de la vida cotidiana

El tema de la economía puede parecer “abstracto, ajeno y aburrido”, en palabras de Silvia Singer Sochet, quien se dedica a comprobar lo opuesto como directora del Museo Interactivo de Economía (MIDE), en el centro del D.F. “La realidad económica es lo que yo puedo y me toca transformar”, expresa.

“Estas cosas tan sencillas que pasan todos los días, te presentan la oportunidad de reflexionar con tu hijo y explicarle las nociones económicas que están detrás de ellas”, explica Diez-Martínez. La investigadora recomienda tomar, al menos, 15 minutos al día para platicar con los niños de situaciones relacionadas con el dinero. Por ejemplo, discutir cuánto dinero necesitas para hacer compras y en qué lo vas a gastar, por qué das propina al despachador de gasolina y por qué vas al banco.

Es importante no “proteger” a tus hijos de la realidad financiera de la familia.

Una parte muy importante de la vida cotidiana económica se refiere a los gastos de la casa. Los padres no involucran a sus hijos en conversaciones sobre el dinero por varias razones: no quieren perder el control, o desean proteger a sus hijos de las realidades desagradables de la vida adulta. En muchas ocasiones, los padres se avergüenzan de su propia ignorancia financiera y no quieren contestar las preguntas de sus hijos. Pero hay que superar estos sentimientos para el bienestar de todos.

“Si el niño sabe cuáles son los retos financieros que enfrenta su familia, puede ayudar, no con trabajo, pero sí en lograr que el gasto familiar sea el correcto y en ser consciente de las necesidades de la familia, explica Silvia Singer, del MIDE.

Los niños entienden mejor si experimentan las lecciones económicas por sí mismos

Para niños de menos de siete años, los padres deben presentarles las situaciones reales y tangibles en la vida cotidiana. Por ejemplo, el banco y el crédito. Para niños más grandes, la importancia de la experiencia se traduce en una responsabilidad real sobre el dinero.
Dales la oportunidad de elegir acciones de la Bolsa de Valores, o si tienen una idea para un negocio, guíalos con un plan de negocio y fijen en conjunto metas financieras.

Las lecciones cambian según la edad del niño.

Recientes hallazgos en la ciencia cognoscitiva muestran evidencia física de los límites naturales de la comprensión infantil. Sharon Griffin, investigadora del aprendizaje infantil de matemáticas en la Universidad de Clark, explica como ejemplo un cambio estructural en el cerebro que ocurre a los nueve o diez años: dos partes importantes del cerebro que nos ayudan a hacer matemáticas-una para contar y otra para medir cantidades- se unen a esta edad.

El aprendizaje económico es divertido

La capacidad de los niños de aprender sobre finanzas depende de la actitud de sus padres. Si ellos los acercan a temas de dinero de una manera divertida, o al menos con una actitud positiva, obtendrán mejores resultados. Los clásicos juegos de mesa como Monopolio, Turista y Serpientes y Escaleras, ayudan a los niños a aprender y aplicar conceptos financieros.