ESTHER SHABOT
EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDIO
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Con frígida blancura y en silencio
te haces mi amante fiel
de madrugada
cuando aceptas el roce de mis dedos
sobre ti
y mi mirada.
No te resistes casi a mis embates
Ni me das la espalda
No profieres un grito de placer
sino que callas.
Quedas preñada con mi tinta
y empiezas desde entonces
a cargar sin quejas
mis temblores,
la confusión del sueño,
la memoria que se quiebra
y el agridulce sabor
de alguna noche recordada
A cambio tú, me pides nada,
sólo quizá que cuando vuelva a visitarte
en tiempos del insomnio que renace,
reconozca en ti a mi mejor aliada,
ésa que sabe siempre recibir mis letras
para fecundar con ellas
su superficie seca
y ser al mismo tiempo
celadora tenaz de mis pesares.