EL UNIVERSAL
El gobierno israelí baraja fórmulas como la retirada de algunas zonas de Cisjordania para tratar de evitar el “tsunami diplomático” que provocaría el reconocimiento de un Estado palestino independiente dentro de las fronteras de 1967 en la Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre, informa hoy “Haaretz”.

Según el diario israelí, el primer ministro Benjamín Netanyahu se plantea retirar a su ejército de parte de los territorios ocupados palestinos para tratar de influir sobre Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales contra la iniciativa palestina en la ONU, citó DPA.

Aunque se desconocen los detalles, la retirada no puede ser por el momento comparada a la de Gaza en 2005, ya que no se estudia la evacuación de los asentamientos, en los que viven cerca de 300.000 colonos israelíes. Se trataría, sin embargo, de entregar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) el control de parte de las zonas B y C.

Cisjordania se divide en áreas A, controladas por la ANP, áreas B, en las que Israel mantiene el control militar y de la seguridad mientras la ANP desarrolla funciones civiles, y C bajo completo control israelí.

En una reunión con embajadores europeos este lunes, Netanyahu abrió las dos interrogantes que se plantea su gabinete de gobierno en estos momentos.

En primer lugar si será posible reanudar las negociaciones de paz con los palestinos, con quienes el acercamiento diplomático ha resultado imposible en los últimos siete meses, según Israel, y, en segundo lugar, qué pasos puede tomar Israel para demostrar iniciativa propia a los ojos de la comunidad internacional.

El diario israelí cita fuentes diplomáticas cercanas a Netanyahu y habla de dos fórmulas adicionales barajadas en este momento por Israel.

Más allá de la retirada, Israel estudia la celebración de una conferencia internacional en la que Israel y el gobierno palestino de Mahmud Abbas acudirían con el objetivo de relanzar las negociaciones de paz. En tercer lugar, se plantea la presión diplomática sobre países occidentales, como Estados Unidos, la UE, Canadá, Australia y otros contra el reconocimiento del Estado Palestino.

El reconocimiento en la Asamblea General en septiembre, como se propone el gobierno palestino, convertiría la ocupación israelí en la invasión de otro país y podría acarrear serias sanciones.