LAVOZDEGALICIA.ES
El régimen sirio recurrió ayer a los tanques del Ejército para aplastar las protestas, intervención militar que ha causado al menos veinticinco muertos, según la oposición. Otras fuentes elevan la cifra a 39. La acción del Ejército se ha centrado en Deraa, en el sur del país, y en Duma, cerca de Damasco, y ha incluido disparos a edificios y grupos de manifestantes, según activistas de derechos humanos, informa Efe.

Es la primera vez desde que comenzaron las protestas públicas en Siria, a mediados de marzo, que el régimen de Bashar al Asad recurre a los tanques y a miles de soldados para sofocar las manifestaciones. Hasta ahora, los militares se habían limitado a labores de vigilancia, añade Efe.

En la ONU, varios países europeos (Francia, el Reino Unido, Alemania y Portugal) intentan que el Consejo de Seguridad condene la matanza de cientos de manifestantes (386, según un recuento de AFP) y piden una investigación independiente, según varios diplomáticos.

Al día siguiente de una jornada de calma en Deraa, ayer «más de 3.000 miembros de las fuerzas de seguridad, apoyados por tanques» entraron en esta ciudad agrícola de 75.000 habitantes, según militantes pro derechos humanos.

«Los hombres disparan en todas direcciones y avanzan detrás de los blindados, que los protegen», declaró a AFP el activista Abdalá al Hariri.

«Al menos 25 mártires han caído, muertos por los disparos y el bombardeo con artillería pesada», denunció otro activista, Abdalá Abazid. Añadió que aún hay cadáveres en las calles, y que las ambulancias no pueden trabajar porque los ataques continúan.

«Están las fuerzas de Maher al Asad [el hermano del presidente sirio Bahar al Asad]. Disparan desde tejados contra todo lo que se mueve», aseguró un taxista a Dpa.

«Los minaretes de las mezquitas hacen llamadas de socorro. Las fuerzas de seguridad han entrado en las casas. Hay un toque de queda y disparan contra quienes salen de sus hogares. Incluso han disparado a las reservas de agua que hay sobre los tejados, para dejar a la gente sin agua», indicó un testigo.

Según otro militante, «la electricidad está cortada y las comunicaciones telefónicas son casi imposibles». Algunos se sirven de móviles jordanos.

La agencia oficial siria Sana, al informar de la intervención militar, dijo, citando una fuente castrense, que se debía a la petición de los habitantes de Deraa «para poner fin a los asesinatos, el sabotaje y la intimidación».

Condena de la ONU

La represión del movimiento de protesta suscitó una enérgica condena de la ONU.

«Las fuerzas de seguridad deben detener inmediatamente los disparos con balas reales contra los manifestantes», indicó la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, quien también reclamó «abrir una investigación exhaustiva e independiente sobre las matanzas […] y llevar a sus autores ante la justicia».

Tras el inicio de la intervención en Deraa, a pocos kilómetros de Jordania, «Siria cerró sus fronteras terrestres con Jordania», anunció el ministro de Información de este país, Taher Aduan. Al parecer, con el objetivo de impedir que los disidentes huyan. Siria aseguró que todas sus fronteras permanecen abiertas, pero en fotografías realizadas por Reuters ese paso se ven cerradas.

Según los activistas, los servicios de seguridad intervinieron también en Duma, a 15 kilómetros al norte de Damasco, y en Muadamiyeh, en las afueras de la capital. Por otro lado, las fuerzas del régimen mataron el domingo a 13 personas en Jable, indicó ayer un militante de los derechos humanos. Wisam Tarif, del grupo sirio de defensa de derechos humanos Insan, indicó que 221 personas están desaparecidas desde el viernes. La ofensiva militar tiene lugar pocos días después de la derogación del estado de emergencia.