MAX BERY

La explosión del interés por la genética ha revivido uno de los debates más enconados  en la sociedad occidental: ¿ Quien es judío? Los judíos representan un pequeño 0.25% de la población global pero huellas de esta etnia se pueden encontrar en prácticamente cualquier cultura.

La judeidad es un amalgama de muchos caracteres. Muchos judíos que no practican su religión, se consideran judíos  por  su  herencia familiar o por  su identidad con la historia del pueblo judío. Forjada por siglos de aislamiento impuesto o voluntario y una resistencia feroz a la asimilación, la identidad judía se ha mantenido a través de nacionalidades, razas o culturas. El recuerdo de los ancestros ha sido el cemento  que ha sellado el significado de la judeídad.

En el siglo primero el gran historiador Flavius Josephus se ha identificado en su libro “ La guerra de los Judíos” con las palabras “ Yo

Josephus, hijo de Matias,  de raza hebrea….”Su motivación era seguramente tanto política como teológica: estaba tratando de preservar  la dignidad judía y tal vez rescatar el judaísmo del olvido. Brincando hasta el siglo 19 en Europa la identidad racial judía se ha mantenida incólume. A pesar de que el primer ministro ingles Benjamin Disraeli se haya  bautizado como cristiano, por que su padre Isaac abandonó su fe después  de un pleito con los ancianos de su sinagoga, nunca dejo de presumir de su  raza hebrea, en la cual había nacido. Para Disraeli, así como para muchos Europeos de antecedentes judíos , el linaje  domina  la fe.

La persistencia de la distinción del judaísmo es remarcable por que este ha sido una religión de los perseguidos la mayor parte del tiempo. La identidad judía logró sobrevivir por que  siguió aferrándose a la noción de identidad tribal, más bien que definiéndose por  estrictas creencias doctrinales. En los tiempos bíblicos religión e identidad estaban estrechamente ligadas. Los Egipcios, Los Asirios, los Babilonios,  los Filisteos, los Griegos y los Hititos tenían todos su creencias paganas y vivían a veces en competencia, otras veces en cooperación con los Hebreos de Canaan. Solamente la religión de los Israelitas ha sobrevivido . El judaísmo es distinto de  las grandes religiones del Occidente, por que retuvo  sus creencias como componentes  bien definidos

La elección ha alimentado sentimientos de admiración pero también olas de curiosidad,   de cautela y de hostilidad de parte del resto del mundo. El separatismo llego a ser considerado como un estado voluntariamente escogido que ha traído a veces consecuencias dolorosas. En la visión torturada de Kafka no hay escape  para los judíos de su destino histórico- la esclavitud en Egipto bajo el Faraón Ramsés II, la persecución por los Amalecitas en el desierto en su viaje hacía la Tierra Prometida, los dos exilios bíblicos, la destrucción del segundo Templo y la forzada Diáspora, las Cruzadas medievales, la Inquisición española ,el ultranacionalismo y  el racismo que consumen Europa- todos estos hechos  constituyen  los eslabones inseparables  de una cadena  de la historia y la identidad judías Ni siquiera  la carrera hacía la   asimilación que  se experimentó  en los siglos 19 y 20 cambió este hecho, por que nada puede ser más judío que él que no  quiere serlo. Para los judíos el linaje es su destino. Cuanto más quiere  un judío abandonar sus raíces  más lo  vuelve a ser.

La tradición judía , referida a veces como  “ excepcionalista”, reafirmada  a través de los siglos en comunidades esparcidas alrededor del mundo, ha dejado profundas huellas genéticas. La llave de la  supervivencia fue la fidelidad a su religión . Hasta las dos últimas generaciones los judíos se distinguían por  lo que los científicos llaman consanguinidad y endogamia. Tendían en casarse dentro de su comunidad, aun cuando la asimilación y la secularización se hicieron muy comunes. La conversión, aunque admitida no era tan sencilla. Exigía un periodo intenso de estudio y de reflexión que desanimaba a los candidatos . La Halakah, la ley judía pedía  a los rabinos tratar tres veces en  disuadir a las personas que querían volverse judas.

A través de los siglos las conversiones forzadas o voluntarias, los progroms, y las masacres podaron las ramas del judaísmo, pero para  los judíos religiosos el destino obró a su favor. El aislamiento y la dispersión sirvieron irónicamente como un instrumento de sobrevivencia, transformando la demografía del judaísmo en este proceso. En el periodo medieval la población mundial de los judíos era inferior al millón  y en vía de  disminución, viviendo la mayoría de ellos en países islámicos. Un numero importante de judíos se encontraron  atrapados  entre el Islam y el Cristianismo, situación que se hizo todavía más   critica durante la Inquisición.

En Europa  la población judía no tuvo mucha relevancia ,en los siglos 13 y 14. Se mantuvo aproximadamente en unos 25,000 individuos .A través de la Edad del oscurantismo  los judíos religiosos , convencidos de ser el pueblo elegido ,evitaron la desaparición del judaísmo. A pesar de representar una pequeña minoría entre los pueblos del centro  y este de Europa ,su apego  al estudio les hizo invaluables como hombres de negocio .Prosperaron y su población empezó a crecer, a pesar de las masacres cometidos  por los cosacos en Polonia y  en  Ucrania ,a mediados del siglo 17 . En el censo de 1765 la población judía  europea se aproximaba a los 800,000. La Iluminación provocó un periodo de prosperidad que afectó  hasta   los pequeños centros del judaísmo europeo. Por la primera vez este judaísmo eclipsaba en cantidad a las declinantes comunidades del Medio Oriente , gracias a   condiciones de vida  muy superiores a las de los países musulmanes. Al final del   siglo la  19 población judía alcanzaba los 10 millones, llegando a un máximo de 17 millones en la víspera de la segunda guerra mundial.

Y llegó el Holocausto

Mientras que durante la era nazi los judíos enfrentaban la liquidación mediante el genocidio, hoy día enfrentan la disolución mediante la conversión, la asimilación y la indiferencia. Aproximadamente el 50% de los judíos europeos y norteamericanos ( 80%  de ellos ashkenazis) se casan con no judíos. Los genetistas llaman  esto    una difusión demica, el esparcimiento de los genes de de una pequeña población dentro de una más grande.  Esta  tendencia demográfica empezó en el siglo 19 en Europa, cuando los judíos entraron en gran número en  la  sociedad secular de la clase media. Se aceleró cuando los refugiados fluyeron hacía los Estados Unidos, que se volvió el centro del judaísmo mundial, y donde los tabús religiosos eran menores y la asimilación la norma. En los años 20 ,menos del  1% de los judíos en los Estados Unidos se casaban con no judíos. Pero a pesar de que millones vivían en barrios judíos, o  considerados como judíos de parte de la comunidad cristiana,  el compromiso con la religión empezó a disminuir. En unas décadas el número de judíos casados con gentiles y los que se alejaron de du fe  superó la población judía en América, un modelo que se repitió  Inglaterra y otras capitales  occidentales con una población judía importante. Se salvó Francia de este fenómeno, gracias a la llegada de casi medio millón de judíos sefaradís, expulsados del Maghreb después de la Guerra de los 6 días, que mantienen su fe ancestral más firme.

Se calcula que el número de judíos en el mundo gira alrededor de 13 millones, aunque la estimación es necesariamente aproximada por culpa de la noción compleja de identificación judía. El total  disminuye  en 300,000 cada año. Aproximadamente  10 millones son ashkenazis, una palabra derivada de la palabra hebrea por  alemán, sugiriendo su recién raíces europeas (alrededor del 90%  de los aproximadamente 5,5 millones de judíos en los Estados Unido Estados Unidos  son ashkenazis). El remanente es mayormente sefaradí (  de la palabra  hebrea Sefarad significando España), que  traza sus ancestros en España o África del Norte, el centro de la diáspora judía hasta las Inquisiciones medievales ,y judíos indígenas del Oriente Medio ,conocidos como los Orientales, cuya mayoría vive actualmente en Israel.

Matrimonios exogámicos y una tasa baja de nacimientos están a afectando la sobrevivencia del judaísmo. Con la tasa de fertilidad por debajo del nivel  necesario para reponer la población, en unas cuantas generaciones dos de cada tres judíos  podrían desaparecer .Aunque desastroso  para la religión en un largo plazo esta tendencia aparentemente irreversible ha resultado  una providencia para los genetistas y los genealogistas. Muchos judíos que hacen matrimonios mixtos  educan a sus hijos en la religión cristiana o en ninguna  religión, sacándoles  así del grupo genético judío. Los que se asimilan fuera de la religión refuerzan la distinción genética de los judíos creyentes. La historia del “ judío errante” de la Diáspora  hace imposible crear un   sencillo perfil genético de la identidad judía. Pero  el proceso de poda del DNA  ha preservado un centro de población con unos ancestros comunes , lo que muchos judíos definen como judaísmo. El legado genético de los antiguos Israelitas se ha también preservado en millones de no creyentes, cristianos y musulmanes, destinados a transportar su herencia bíblica  en sus genes para siempre.