ENLACE JUDÍO

Hay muchos comentarios acerca del discurso de Obama ante la AIPAC. Algunos lo ven como una voltereta, una contradicción  de su discurso del jueves 19 de mayo, otros como una sana explicación. Para que nuestros lectores decidan por ellos mismos, Enlace Judío tradujo el segmento principal del discurso de Obama y se lo presenta, en exclusiva.

“Sé que la mención de estos temas –  cuestiones de territorio y de seguridad – ha generado cierta controversia estos últimos días. (Risas.) No me sorprende. Sé muy bien que lo más fácil de hacer, en particular en caso de un presidente que se prepara para una reelección, es evitar la controversia. No necesito a Rahm para decirme eso. No necesito a  Axelrod para decirme eso. Pero se lo dije al Primer Ministro Netanyahu: creo que la situación actual en el Oriente Medio no permite dilaciones. También creo que los verdaderos amigos deben hablar abierta y honestamente. (Aplausos) Por eso, quiero compartir con ustedes algo de lo que dije al Primer Ministro.

Estos son los hechos que todos debemos enfrentar. En primer lugar, el número de palestinos que viven al oeste del río Jordán está creciendo rápidamente y, fundamentalmente, remodelando las realidades demográficas de Israel y de los territorios palestinos. Esto hará más y más difícil – sin un acuerdo de paz – mantener tanto a Israel como Estado judío y Estado democrático.

En segundo lugar, la tecnología hará, cada día, más difícil la defensa de Israel, en ausencia de una paz genuina.

En tercer lugar, una nueva generación de árabes está remodelando la región. Una paz justa y duradera no puede ser forjada con uno o dos líderes árabes. En el futuro, millones de ciudadanos árabes tendrán que ver que la paz es posible- para que la paz sea sostenible.

Y así como el contexto ha cambiado en el Oriente Medio, también ha ido cambiando en la comunidad internacional en estos últimos años. Hay una razón por la cual los palestinos están llevando sus asuntos a las Naciones Unidas: entienden que hay una impaciencia con el proceso de paz, o la ausencia de uno, no sólo en el mundo árabe – sino en América Latina, en Asia y en Europa. Y que la impaciencia está creciendo, y ya se manifiesta en las capitales de todo el mundo.

Esos son los hechos. Creo firmemente, y lo repetí el jueves, que la paz no se puede imponer a las partes en el conflicto. No hay voto en las Naciones Unidas que pueda crear un estado palestino independiente.  Estados Unidos se levantará contra los esfuerzos para aislar a Israel en las Naciones Unidas o en cualquier foro internacional. La legitimidad (Aplausos) de Israel no es un asunto de debate. Éste es mi compromiso, mi promesa a todos ustedes. (Aplausos)

Por otra parte, sabemos que la paz exige un socio – por lo que dije que Israel no puede esperar a negociar con palestinos que no reconocen su derecho a existir. (Aplausos) Y vamos a mantener a los palestinos responsables de sus acciones y su retórica. (Aplausos)

Pero la tendencia actual que tiende a aislar internacionalmente a Israel – y la tendencia de los palestinos a abandonar las negociaciones – continuarán ganando impulso en la ausencia de un proceso de paz creíble y alternativo. Y para que tengamos influencia sobre los palestinos, quienes, a su vez,  tienen influencia sobre los Estados árabes y la comunidad internacional, la base para las negociaciones es que ofrezcan una perspectiva de éxito. Y así, antes de un viaje de cinco días a Europa en el que el Oriente Medio será un tema de interés agudo, opté por hablar de lo que se requiere para la paz.

No había nada particularmente original en mi propuesta: este marco básico para las negociaciones ha sido la base de las discusiones entre ambas partes, incluidas los anteriores administraciones de EE.UU. Dado que las cuestiones se han planteado, quiero repetir lo que realmente dije el jueves – no lo que se dice que dije.

Dije que los Estados Unidos creen que las negociaciones deben dar lugar a dos Estados, con fronteras palestinas permanentes  con Israel, Jordania y Egipto, y  fronteras permanentes israelíes con Palestina. Las fronteras de Israel y Palestina deben basarse en las líneas de 1967 con intercambios hechos de mutuo acuerdo – (aplausos) – de modo que fronteras seguras y reconocidas se establecen para ambos estados. El pueblo palestino debe contar con  el derecho a autogobernarse y alcanzar su potencial, en un Estado soberano y contiguo a Israel.

En cuanto a la seguridad, cada Estado tiene el derecho a la legítima defensa, e Israel debe ser capaz de defenderse a sí mismo – por sí mismo – frente a  cualquier amenaza. (Aplausos) Las disposiciones también deben ser lo suficientemente robustas como para evitar un resurgimiento del terrorismo, para detener la infiltración de armas, y para proporcionar seguridad eficaz de las fronteras. (Aplausos) Y una retirada total y por etapas de las fuerzas militares israelíes debe ser coordinada con un entendido de la responsabilidad de la seguridad palestina en un estado soberano y no militarizado. (Aplausos) La duración de este período de transición debe ser aprobada y la eficacia de las medidas de seguridad debe ser demostrada. (Aplausos)

Ahora, eso es lo que dije. Y fue mi referencia a las líneas de 1967 – de las permutas territoriales de mutuo acuerdo – que recibió la mayor parte de la atención; la tiene incluso en este momento. Ya que mi posición ha sido mal representada en distintas ocasiones, quiero reafirmar lo que me refiero con “fronteras de 1967 con intercambios de mutuo acuerdo”.

Por definición, significa que las propias partes – israelíes y palestinos – negociarán una frontera que es diferente a la que existía el 4 de junio de 1967. (Aplausos) Eso es lo que mutuamente acordamos mediante “swaps” (intercambios). Es una fórmula bien conocida por todos los que han trabajado en este tema durante toda una generación. Permite que las propias partes entreguen cuentas acerca de los cambios que se han producido en los últimos 44 años. (Aplausos) Permite que las partes se comprometan a tomar en cuenta esos cambios, incluyendo las nuevas realidades demográficas sobre el terreno, y las necesidades de ambas partes. El objetivo final es de dos estados para dos pueblos: Israel como un Estado judío y la patria del pueblo judío – (aplauso) – y el Estado de Palestina como la patria del pueblo palestino – ambos estados, unidos en la libre determinación, el reconocimiento mutuo y la paz. (Aplausos)

Si existe una controversia acerca de mis palabras, no puede basarse en la esencia. Lo que hice el jueves fue decir en público lo que ha sido reconocido en privado. Lo hice porque no podemos darnos el lujo de esperar otra década, o dos, o tres décadas para lograr la paz. (Aplausos) El mundo se está moviendo demasiado rápido. El mundo se está moviendo demasiado rápido. Los extraordinarios desafíos que enfrenta Israel no harán sino crecer. Un retraso pondrá en peligro la seguridad de Israel y la paz que el pueblo israelí se merece.

Ahora, sé que algunos de ustedes no estarán de acuerdo con esta evaluación. Yo respeto eso. Y como conciudadanos y amigos de Israel, sé que podemos tener esta discusión.

En última instancia, es el derecho y la responsabilidad del gobierno israelí tomar las difíciles decisiones necesarias para proteger un estado judío y democrático para el cual tantas generaciones se han sacrificado. (Aplausos)  Como amigo de Israel, estoy comprometido a hacer nuestra parte para ver que este objetivo se haga realidad. Y no voy a llamar sólo a Israel, sino a los palestinos, a los Estados árabes y la comunidad internacional, para que se unan a nosotros en este esfuerzo, porque la toma de decisiones difíciles no debe ser sólo de Israel. (Aplausos)

Pero mientras nosotros hacemos todo lo necesario para garantizar la seguridad de Israel, así como vemos con claridad los difíciles retos que tenemos frente a nosotros, y que tomamos el compromiso de apoyar a Israel a través de los días difíciles por delante, espero que no se den por vencidos en la visión de la paz. Porque si la historia nos enseña algo, si la historia de Israel nos enseña algo, es que con valor y decisión, el progreso es posible. La paz es posible”.