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El ex Presidente Hosni Mubarak y sus dos hijos, Alaa y Gamal, serán llevados a juicio por su presunta responsabilidad en la muerte de manifestantes en la sublevación popular que sacudió a Egipto entre enero y febrero, así como por enriquecimiento ilícito.

Es la primera vez en la historia del país árabe que un ex Jefe de Estado comparecerá ante la justicia.

Mubarak, de 83 años, fue derrocado el 11 de febrero por una revuelta popular luego de tres décadas en el poder. Según un balance oficial, 846 personas murieron durante los 18 días de levantamiento sin precedentes que llevaron a su renuncia.

“El Procurador general Abdel Meguid Mahmud decidió hoy (ayer) inculpar al ex Presidente Hosni Mubarak y a sus hijos, Alaa y Gamal, así como al empresario Hussein Salem, quien huyó, ante un tribunal penal”, indicó la agencia oficial Mena.

Los cuatro son acusados de homicidio con premeditación, planificar el asesinato de algunos participantes en las manifestaciones pacíficas de la revolución del 25 de enero y haber abusado de su posición para enriquecerse.

Si es declarado culpable, Mubarak podría ser condenado a la pena capital, afirmó el Ministro de Justicia Abdel Aziz al Guindi el mes pasado. El abogado del ex Mandatario, Farid al Dib, declinó comentar la decisión.

El tribunal decidirá la fecha del proceso cuando haya recibido el expediente que la Fiscalía egipcia debe enviarle los próximos días, indicó una fuente judicial a la agencia Mena.

Mubarak y sus hijos permanecen en detención provisional.

El ex Jefe de Estado, quien fue arrestado el 13 de abril, se encuentra en el hospital del balneario de Sharm el Sheij tras haber sufrido un mal cardiaco. En tanto, sus hijos siguen en la cárcel de Tora, en El Cairo.

El anuncio de su proceso “es una decisión esperada por los egipcios desde hace tiempo”, afirmó Essam al-Aryan, vicepresidente del Partido de la Justicia y la Libertad, surgido de los Hermanos Musulmanes.

“Las dos principales acusaciones contra él, a saber la orden dada al Ministerio del Interior y luego al Ejército de matar manifestantes y su política, que destruyó a Egipto y minó su posición, equivalen a alta traición”, explicó Al-Aryan.