RABINO MARCELO RITTNER EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Reproducimos aquí la prédica de este viernes del Rabino Rittner , Rabino de la Comunidad Bet El.

Me pregunto y les pregunto: ¿Será que nosotros los judíos somos el mayor problema del mundo? ¿Será que Israel es el mayor problema del mundo? ¿Por qué un país del tamaño de El Salvador, ocupa a diario espacios centrales en todos los medios informativos y genera tantas polémicas?

Hace pocos días la referencia del presidente Obama a las fronteras de 1967 como punto de partida para la reanudación de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos hizo sonar una alarma y produjo preocupación y tristeza entre la abrumadora mayoría de las comunidades judías del mundo.

Siempre que la gente me pregunta si creo que el conflicto alguna vez será resuelto invariablemente contesto que “sí, por supuesto.” Pero con toda honestidad, mi “sí, por supuesto”, es muy poco entusiasta, porque la realidad me confronta con que paz, shalom, salam, parece ser más un sueño distante que una probabilidad cercana.

Y así, un simple problema para describir, se transforma en un laberinto sin salida para ser resuelto. Por qué, ¿cómo pensar en negociar una solución con quien rechaza reconocer tu derecho de existir, y más aún, con quiénes abiertamente declaran que buscan tu muerte? ¿Cómo interpretar las encuestas que declaran que 67% de los palestinos no aceptan un estado de Israel y apoyan su destrucción, o que el 73 % de los egipcios quieren anular el tratado de paz con Israel?

¿Acaso la modificación de fronteras en 1967 no se dio por una guerra que Jordania, Siria y Egipto iniciaron y perdieron? ¿Acaso no fueron los árabes quienes en 1973 declararon la política de los “3 no”, no paz, no reconocimiento, no negociación?

Charles Krauthammer, un editorialista del Washington Post, publicó un brillante artículo del que quiero destacar algunos pasajes. Lo cito: “Cada negociación árabe-israelí contiene una asimetría fundamental: Israel cede tierras, lo que es tangible; los árabes hacen promesas, algo que es efímero. La propuesta de Obama no es nueva. Tres veces se les ofreció a los palestinos esta fórmula, en el 2000 en Camp David, Taba 2001 y en 2008 en las negociaciones entre Abbas y Olmert y las tres veces no aceptaron. Recuerde: Aquella línea del 67 corre directamente por Jerusalén. Así el punto de partida sería que el Muro Occidental y el barrio judío de Jerusalén es el territorio que Israel ahora debe negociar. La sola idea que el lugar más sagrado del Judaísmo o que el barrio judío de Jerusalén es legítima, histórica o demográficamente árabe es un absurdo. Y la idea que a fin de retenerlos Israel tenga que entregar partes de sí mismo, es una parodia.” Y continua: “Obama también hizo modificaciones en el llamado derecho de retorno. La inundación de Israel con millones de Árabes destruiría el único estado judío en el mundo, creando un 23 estado árabe y un segundo estado palestino — no exactamente lo que queremos decir cuando hablamos “de una solución de dos estados.” Y Krauthammer concluye: “El “status quo” no es sostenible,” declaró Obama, “e Israel también debe actuar vigorosamente para avanzar hacia una paz duradera.” ¿Israel también?¿Exactamente qué pasos valientes para la paz han dado los palestinos? Israel hizo tres ofertas radicalmente conciliatorias de establecer un estado palestino, se retiró de Gaza y ha estado tratando de renovar negociaciones durante más de dos años. Mientras tanto, los palestinos de Gaza han estado lanzando misiles a objetivos civiles. Y en Cisjordania, el presidente palestino Mahmoud Abbas ahora desafía a los Estados Unidos buscando ante las Naciones Unidas, no negociaciones de paz, pero estructurando un reconocimiento inmediato del Estado palestino, sin la paz, sin reconocer Israel. Y haciendo inequívoco este desprecio a cualquier proceso de paz, Abbas consiente en unirse al abiertamente genocida Hamas en un gobierno de unidad que el propio Obama reconoce hace imposibles las negociaciones. ¿Y cual es la respuesta del presidente americano a esto?: lo recompensa, legitimando las fronteras del 67 y negándose a rechazar el derecho al retorno, como ha sido la política americana. La única pregunta pendiente es si esta política perversa nace de la antipatía hacia Israel o de la arrogancia de un novato que no quiere reconocer el error de entender que no solamente esta minando la paz como cualquier posibilidad de negociación.”

Hasta aquí sus palabras. Yo creo que lo mejor que alguna vez le pasó al Medio Oriente en tiempos modernos, es Israel. Sin embargo, también creo que si Israel no diera un paso para conducir el proceso de paz, será inevitablemente conducido. Yo apoyo la idea de quienes piensan que Israel debe adoptar la visión de una solución de dos estados, naturalmente, una vez que el gobierno palestino declare en árabe, inglés y hebreo, el reconocimiento de Israel y su derecho a existir. Y creo también que de la misma manera que exigimos a otros, también nuestros líderes deben hacer el máximo esfuerzo.

Amigos, hoy el mundo se regocija con un nuevo término “la primavera árabe”. Personalmente, bienvenida si es para hacer crecer la democracia y los derechos humanos en los países árabes, si bien no deja de preocuparme (algo muy judío) cómo la Hermandad Musulmana ha copado espacios.

Pero en Gaza y Ramallah, la primavera árabe no ha llegado y sus dirigentes se encargan que sigua un cruel invierno. Sospecho que una paz duradera no podrá ser conseguida hasta que el deshielo comience. Y sospecho que no será tan pronto.

Esta semana celebraremos Yom Yerushalaim. La ciudad que hace 3000 años el rey David proclamó capital de nuestra tierra. Yerushaláim, donde se camina por calles llenas de energía mística, la que en 1967 fue liberada y reunificada. La ciudad que sueña con ser “Ir shel Shalom”. La de oro reflejado en sus piedras, la de canciones, devoción y plegarias. La de lágrimas de tristeza y alegría, exilio y reencuentro, la de fe y plegarias, la del eco de eternidad. Nuestra eterna Jerusalén.

Rezamos por la paz para todos sus habitantes y estamos unidos con el pueblo de Israel, en la Tierra de Israel. “Ad-nai ievarej et amó b’shalom”. Que D-os bendiga a su pueblo para que la paz llegue a ser realidad.

Shabat Shalom.