LEÓN OPALÍN

Analistas políticos consideran que la petición que diferentes grupos palestinos, encabezados por la Autoridad Palestina, presentarán en la Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre próximo para la creación de un Estado Palestino, no prosperará, en virtud de que pretenden adjudicarse territorios de Israel en donde hoy en día viven alrededor de 650,000 ciudadanos de esa nación. Israel considera que los espacios demandados son vitales para su seguridad; el gobierno de Israel tampoco está dispuesto a aceptar el retorno de cinco millones de refugiados palestinos y sus descendientes que se sumarían a los palestinos que viven en los denominados territorios ocupados y cuyo total casi igualaría a la población de Israel. Asimismo no acepta la propuesta de militarización del futuro Estado Palestino.

Los israelíes y palestinos han estado negociando la paz durante diez y siete años sin logros concretos, aunque el debate en la mesa de diálogo es per se un avance, al igual que el hecho de que Israel reconozca la posibilidad de la creación de un Estado Palestino en un futuro próximo, lo que podría conducir a una paz duradera en la región. En este contexto, cabe destacar que en este momento las negociaciones han perdido su rumbo porque la Autoridad Palestina suscribió un Acuerdo de Unidad con el grupo terrorista Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, a fin de presentar la propuesta de creación de un Estado Palestino en la ONU y para convocar a elecciones en un año.

En este marco, existe la opinión generalizada de que Israel no puede negociar con Hamas, porque este último no reconoce su existencia, e incluso, pretende su desaparición. La Secretaria Hillary Clinton ha expresado que para que Hamas sea un interlocutor válido, debe reconocer la existencia de Israel, renunciar a la violencia y respetar los tratados previamente firmados por los palestinos.

Por otra parte, Irán y Siria están alentando a los palestinos que viven en este último país, en Libano y en la Franja de Gaza, para que inicien un conflicto de embergadura en las fronteras de Israel. El desarrollo de un programa nuclear con fines bélicos del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, y la cruenta represión ejercida por el Presidente de Siria, Basshar Assad, contra las manifestaciones de descontento de civiles, son factores que no ayudan a la estabilidad del Medio Oriente, en este ámbito; sorprende que la Liga Arabe no haya actuado para frenar las atrocidades que está realizando Assad y “la tibieza de EUA” respecto al mismo hecho. Existe el temor de que una intervención militar de EUA en Siria podría provocar que su aliado, Irán, participara en el conflicto bélico, con el riesgo de que se extendiera en la región del Medio Oriente.

El Presidente Obama ha ofrecido apoyo a los Palestinos para la creación de un Estado Autónomo con base a las fronteras existentes en junio de 1967; no obstante, se piensa que lo expresado por Obama en cuanto a que Israel se pliegue a los límites de 1967, constituye sólo retórica. En este ámbito, el primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en un discurso que pronunció en el Congreso de EUA en mayo pasado, dejó en claro su negativa de volver a las fronteras de 1967, porque estas son indefendibles; asimismo apuntó que el problema de los refugiados palestinos tiene que ser resuelto fuera de las fronteras de Israel y que Jerusalem no será dividida; Israel continuaría garantizando el acceso a musulmanes, cristianos y judíos a sus sitios religiosos en esa ciudad. Netanyahu enfatizó que la creación de un Estado Palestino armado, constituye un riesgo para la Paz: “la paz no se puede imponer, se debe negociar”. En este marco, Netanyahu, declaró categóricamente que Israel no va a negociar con Hamas, “con una versión palestina de Alqaeda que no está comprometida con la paz”. El creciente arsenal de Hamas en Gaza y la acumulación de misiles por parte los terroristas de Hezbolla en el Libano, son una amenaza real para la Paz.

Diferentes analistas han mencionado que la propia Autoridad palestina sabe que la propuesta unilateral de la creación de un Estado Palestino en la Asamblea de la ONU, no es viable, y que los palestinos buscan aprovechar la denominada “primavera árabe”, (referida a las revueltas sociales que se han generado en África del Norte y el Medio Oriente y que involucran a una población de alrededor de 300 millones) para recibir apoyo político de esos países a fin de fortalecer su mermado poder entre los propios palestinos y mejorar su imagen en el exterior.

Los diferentes grupos de palestinos que viven en los territorios ocupados tienen que recordar que están asentados en la patria histórica de los judíos. Por esta razón y por disposiciones legales de la ONU, la creación de un Estado Palestino Autónomo debe ser fruto de una negociación bilateral. La Autoridad Palestina ha sido el interlocutor válido y confiable en las negociaciones con Israel; el hecho de que acuda a la ONU para promover unilateralmente la creación de un Estado Palestino, puede interpretarse como parte del proceso de deslegitimación que promueven grupos de izquierda y de ultraderecha contra Israel y contra los judíos.