SHARON GESUND K.

Mi abuelo, que en paz descanse, siempre me decía “siembra una semilla y verás crecer un árbol”. Estas palabras quedaron grabadas en mi memoria desde pequeña y gracias a ellas, continuamente tengo presente la importancia de tener una educación que me forme como un ser humano responsable y comprometido conmigo y con mi entorno.

Al ser una joven de 22 años con múltiples actividades y responsabilidades, sumida  dentro de un ir y venir de ideas y pensamientos, ha surgido una cuestión desde la simple observación de nuestra sociedad, ¿Cuánto crees que vales?

Viviendo en una época acelerada en la que el tiempo es dinero, la gente busca la felicidad en el dinero, en ser el hombre más opulento para poder viajar y comprar un sinfín de accesorios, que en realidad, no son imprescindibles.

Tristemente, al ver las generaciones más pequeñas crecer, nos podemos dar cuenta cómo los valores y la educación han quedado en un segundo plano, los niños en las escuelas, desde la primaria, se sienten importantes si pueden presumir su celular y su ropa de marca, pero ¿dónde quedó el interés por el prójimo? ¿dónde quedó el interés de los padres por educar a sus hijos como personas críticas y preocupadas por su alrededor?

Esta última pregunta me remite a algunas personalidades que eran portadoras de todas estas cualidades que considero, en la actualidad, se están perdiendo: los Justos entre las Naciones, personas como Oskar Schindler, Raoul Wallenberg o Miep Gies fueron héroes, fueron seres que dejaron de lado sus propios intereses para poder ayudar a su prójimo sin importar sexo, religión o nacionalidad. ¿Acaso necesitamos una guerra para recapacitar sobre nuestras acciones y sobre quiénes debemos de ser?

Me gustaría que, así como yo me tomé hoy unos minutos para reflexionar, ustedes se tomen un momento y repasen su forma de actuar con las personas que los rodean, ¿los tratan como seres humanos iguales?, ¿piensan en cómo ayudarlos dejando su interés a un lado? ¿Si?

Entonces… ¿Tú cuánto vales?