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26 de junio.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) buscará esta semana dejar atrás uno de sus más vergonzosos episodios al nombrar un nuevo director gerente, pero cuya elección confrontará a la vez al organismo multilateral con el dilema sobre su legitimidad.

El Directorio Ejecutivo tiene previsto reunirse este martes 28 para iniciar las deliberaciones sobre las calificaciones y méritos de los dos candidatos que aspiran a suceder en el cargo a Dominique Strauss Kahn, el mexicano Agustín Carstens y la francesa Christine Lagarde.

De acuerdo al propio calendario del Directorio, el nuevo titular deberá ser nombrado antes del 30 de junio y voceros de la institución dijeron el jueves pasado que los plazos de la elección quedarán a discreción de este cuerpo de 24 miembros, que como es costumbre, hará su anuncio mediante un comunicado.

Tanto Carstens como Lagarde comparecieron por separado ante el máximo órgano ejecutivo del Fondo la semana pasada, tras varios días de intenso cabildeo global en busca de apoyo para sus candidaturas.

Si bien el bloque europeo se definió muy temprano a favor de la ministra de Finanzas de Francia, Carstens ha sumado en fechas recientes el respaldo de mas países de la región, incluido Canadá.

Pero el peso de todos estos votos para Carstens no se compara con el del bloque europeo, que retiene una tercio de este poder y que, sumado al de Estados Unidos, ha asegurado la permanencia del arreglo bajo el cual el cargo ha estado reservado para su nacional de Europa.

Aunque Estados Unidos ha declinado definir un favorito en este proceso de selección, la noción de que este acuerdo continuará vigente no parece haber perdido fuerza.

El secretario del Tesoro estadunidense, Timothy Geithner reiteró el miércoles que tanto Carstens como Lagarde son “dos candidatos muy creíbles para esa posición. Queremos que la sucesión se resuelva rápidamente”.

“Confío que vamos a tener a alguien que no sólo tenga la experiencia, la experiencia técnica, la credibilidad que importa, sino que tendrá amplio apoyo de la membresía, no sólo de las economías mayores en el Gobierno, sino entre los mercados emergentes”, señaló.

Para el investigador asociado del Fondo, Moisés Naim, empero “un hedor de colonialismo” continua flotando en torno a la sede del FMI y no tiene que ver con los cargos contra el francés Strauss Kahn, acusado de intentar violar a una empleada de un hotel de Nueva York, originaria de África.

En una pieza de opinión publicada este domingo en el diario The Washington Post, Naim, uno de los más reconocidos analistas de temas financieros, dijo que este olor emana del legado colonialista “que ha ensuciado” la selección del sucesor de Strauss Kahn.

Naim indicó que el acuerdo entre Europa y Estados Unidos para mantener a un Europeo el frente del FMI representa una efectiva forma de discriminación contra “93 por ciento de la humanidad”, cuando el destino de la institución es determinado por una minoría de países.

Pero sobre todo, Naim destacó la paradoja de que una institución que demanda la adopción de políticas transparentes a los países que buscan asistencia financiera “seleccione a sus líderes a través de un proceso totalmente contrario a estos principios”.