EVELYN GORDON / COMENTARY

(¿Y por qué?, se preguntarán ustedes. Fácil, muestra la verdadera causa y raiz del conflicto árabe-israelí)

He aquí una encuesta que no reproducira vuestro diario, ya que pone ante los ojos la verdadera causa del conflicto palestino-israelí, poniendo de relieve un incómodo dilema: interrogados los encuestados palestinos si estaban de acuerdo con la declaración del presidente Barack Obama de que “deberían existir dos estados: Palestina como la patria del pueblo palestino e Israel como la patria del pueblo judío”, sólo el 34% dijo que sí, mientras que 61% no estuvo de acuerdo.

Por otra parte, la friolera de un 66% afirmó que el objetivo de los palestinos no debe reducirse a una solución permanente de dos Estados, sino que dicha solución solo deber ser una etapa intermedia en el camino hacia el objetivo final: un único Estado palestino en todo el territorio entre el río Jordán y el Mar Mediterráneo – un objetivo que explica ampliamente su oposición a reconocer a Israel como la patria de los judíos -.

Ésta fue una encuesta seria, realizada por el encuestador estadounidense Stanley Greenberg y por el Beit Sahour Palestinian Center for Public Opinion a través de entrevistas cara a cara en árabe con 1.010 adultos en Cisjordania y Gaza. Y los resultados no hacen más que empeorar lo que se esperaba. Como informa el Jerusalem Post:

Consultados sobre el destino de Jerusalén, el 92% dijo que debería ser la capital de Palestina, un 1% dijo que la capital de Israel, un 3% la capital de ambos, y un 4% una ciudad internacional neutral.

El 72% negó los miles de años de historia judía en Jerusalén, el 62% apoyó el secuestro soldados del IDF y mantenerlos como rehenes, y el 53% respaldó las canciones y textos que enseñan a odiar a los judíos en las escuelas palestinas.

Cuando se les leyó una cita de la Carta de Hamas sobre la necesidad de que se organicen batallones armados procedentes del mundo árabe e islámico para derrotar a los judíos, el 80% estuvo de acuerdo. El 73% estuvo además de acuerdo con una cita de la Carta (y un hadiz o tradición atribuida al profeta Mahoma) sobre la necesidad de matar a los judíos cuando se escondan detrás de las piedras y los árboles.

Todos estos resultados contradicen la creencia aceptada de que la raíz del problema es la “ocupación” por parte de Israel de Cisjordania y Gaza, y así con que solamente Israel abandonara los asentamientos allí instalados (inexistentes ya en Gaza), la paz estallaría esa misma mañana. Pero el caso es que retirarse de Cisjordania y Gaza no servirá de nada si los palestinos no aceptan la existencia de un Estado judío bajo cualquier tipo de fronteras, y ven la solución de dos estados como un mero escalón hacia el objetivo final de la erradicación de Israel – tal como prescribía el famoso plan por etapas de la OLP de 1974, que pedía el establecimiento de una “autoridad nacional palestina” en todo el territorio disponible, y luego utilizarlo como una base o trampolín para “completar la liberación de todos los territorios palestinos” -. Parece que para la mayoría de los palestinos, casi 20 años después de conversaciones de paz, no han cambiado este objetivo final ni un ápice.

Ésta es por lo tanto la raíz del conflicto y lo ha sido desde que Gran Bretaña respaldó primeramente un “hogar nacional para el pueblo judío” en la Declaración de Balfour de 1917. Es por eso que ningún líder palestino ha sido capaz de decir “sí” a cualquier oferta de Israel – y nunca estará en la medida de hacerlo, sin importar el grado de mejoría de la oferta -, a menos que la raíz del conflicto sea superada.

Mientras la comunidad internacional no reconozca esta realidad y siga si querer trabajar para cambiar la opinión pública palestina, el “proceso de paz” seguirá siendo un mero esfuerzo desperdiciado.