ESTHER ZYCHLINSKI

El  15 de julio a las 13.00 horas, la prensa fue invitada por el área encargada de paseos culturales del Distrito Federal de la Oficialía Mayor de Hacienda y Crédito Público y de la Secretaría de Cultura, a un recorrido por la estatua de Benito Juárez dentro de Palacio Nacional, de lo que eran sus aposentos.

Conocimos la historia que la mayor de sus hijas, Manuela, contaba sobre su padre: cómo les leía cuentos y cantaba en zapoteco; también de sus ausencias y de cómo su madre superó esta situación.

Hablamos de su muerte y cómo hasta el final trabajó, cómo, para curarlo, le ponían compresas de agua hirviendo para que el corazón trabajara; como consecuencia, se le formaron ámpulas, de las cuales nunca se quejó.

Se platicó de sus exequias, de cómo Porfirio Díaz develó una placa en su honor, Estuvimos en contacto con sus muebles: una sala comedor con un piano, muebles de la época, un  viejo carrito para bebé, la baraja en su lugar, como si todavía estuviera presente, ayudándonos a imaginar al ser humano.

También nos llevaron a su recámara: sobre su cama aparece una bella águila, con muebles de la época muy bien conservados, una cómoda que nos recuerda la de algunos familiares.

Resalta la calidad del hombre, el padre, abuelo, esposo además de un presidente que vivió de una forma modesta como su origen, que fue escalando hasta llegar a la presidencia de México. Nos habla de un hombre que “nunca perdió el piso”, un digno ejemplo para muchos dignatarios actuales.

Después, fuimos en los trenes de paseo al Museo Panteón de San Fernando, donde Margarita Maza nos platicó sobre su vida familiar, incluyendo la pérdida de 7 hijos, ya que tuvieron 12 y solo sobrevivieron 5, de su vida antes de ser presidente en lo que actualmente es la Colonia San Rafael.

Nos permitieron entrar a la tumba, ver la lápida, un minuto de silencio.

También supimos de sus angustias cuando estaba huyendo.

Acabando al final en el hermosísimo Hemiciclo a Juárez en Avenida Juárez donde Micaela, una mujer del pueblo, nos platicó cuando este hemiciclo fue inaugurado (en 1910 por Porfirio Díaz) con la arquitectura de Guillermo Heredia y las esculturas a cargo de Lanzaroni.

Un monumento de mármol de Carrara, destacando al hombre, al político, un hombre ejemplar y el primer luchador social de la época.

Fuimos invitados a subir a la parte alta donde está el águila y leímos en voz alta lo que dice la placa,pronunciamos en voz alta: “Entre los hombres como entre las naciones, el derecho al respeto ajeno es la paz”.

Conocimos a varios de los personajes de la época que rememoraron el México de antes, con sus calles, historias, anécdotas dejando un “dejo” de lo qué fue, de lo que todavía persiste y de cómo se cuidaba antes la ciudad.

Este paseo se va a llevar al cabo los domingos 17, 24 y 31 de julio a las 13.00 horas, saliendo del Sagrario de la Catedral. Tiene un costo  de 120.00 pesos con descuentos para estudiantes, tercera edad y maestros del 50%: Para mayor información pueden comunicarse al 5491-1015, o al mail paseos [email protected]

Como nunca antes, necesitamos volver a nuestros principios donde un hombre humilde nos enseñó que no hay barreras para lograr nuestras metas. Cuando se desea algo, no importan las dificultades; hicimos conciencia de cuidar nuestra ciudad y nuestros monumentos, pero sobre todo, seguir conservando el nombre  de Juárez en las diferentes calles y monumentos, donde todavía está presente.