JESSICA KREIMERMAN LEW

NO EXISTE diferencia entre mente, cuerpo, emociones y espíritu. Cuando trabajas uno de estos aspectos, trabajas todos los demás. Aquí solamente los vamos a separar para que recuperes tu poder parte por parte. Tu cuerpo es la parte más densa, fácilmente identificable y trabajable. Es donde más claramente están atoradas tus memorias, traumas y bloqueos. El ser humano tiende a repetir patrones una vez que los tiene instalados. Si sólo trabajas el cuerpo y no los conceptos o las emociones que lo atoraron en primer lugar, el trabajo que haces puede regresar como la roca de Sísifo.  Al liberar el flujo energético del cuerpo, se reacomodan las distorsionadas ideas que o heredamos o guardamos en nuestras mentes de infantes para interpretar el difícil mundo de los adultos.

 

BORRAMOS NUESTRA claridad corporal con exceso de azúcar y sus sustitutos, café, refrescos, alcohol, tabaco, químicos en los alimentos, medicinas y drogas, noticias deprimentes, demasiado trabajo, poco descanso, relaciones co-dependientes, sexo tóxico, falta de ejercicio, demasiada televisión y tecnología en detrimento de gentil contacto humano. Son muchas maneras de meter chatarra a tu ser. El cuerpo es tan sabio, que un niño que no ha sido envenenado con azúcares y alimentos contaminados naturalmente escoge una dieta balanceada a sus necesidades. Al cuidar apropiadamente de tu cuerpo, tu cuerpo te cuida a ti: tienes acceso a despertar de niveles mentales más elevados. Una persona integrada, sana y fuerte, puede apreciar el esplendor divino del universo y tiene la posibilidad de escoger por voluntad y no compulsión.

 

EL MUNDO FÍSICO, incluso el cuerpo, interacciona y es respuesta al observador. Creamos el cuerpo de la misma manera que creamos nuestra experiencia del mundo. El cuerpo no es materia sólida, sino información en movimiento que se comunica y convive y es parte del campo energético del universo. El cuerpo es producto de la conciencia. Las creencias, pensamientos y emociones crean reacciones químicas que se condensan para formar un cuerpo que llamamos nuestro.

No tienes idea de lo que he trabajado
para traerte un regalo. Nada parecía correcto.

¿Cuál es el punto de traer oro a la mina de oro o agua al océano?

Todo lo que se me ocurría parecía como llevar especias al oriente.

De nada sirve dar mi corazón y mi alma porque estos ya los tienes.

Así es que – te traje un espejo. Mírate y recuérdame.”

Jalaluddin Rumi

 

SÁBETE BELLA – Tamaño, edad, color de piel son datos no-esenciales en la vida a menos que tú los pongas de primer plano. Gran parte del problema de auto-estima son las programaciones y juicios que hemos ido acumulando en nuestros delicados y complejos sistemas corporales. ¿Cuántas mujeres se pueden ver al espejo y encontrar belleza en su totalidad? Los cánones existentes otorgan pocas variaciones en los modelos a seguir. Generalmente se enfocan en las partes que gustan, en el mejor de los casos ignorando sus “fallas”, en el peor lastimándose con pensamientos y palabras que se magnifican y consolidan en la psique en la medida que las repetimos. Esa es parte de la violencia cotidiana que generamos contra nosotras mismas. Como el cuerpo sigue los designios de la mente, mientras más te digas gorda, o fea, o vieja a ti misma, más le estás dando instrucciones a tu cuerpo para que se mantenga viejo, gordo y feo. La belleza no tiene que ver con la apariencia ni con el amor. Depende de la mirada que observa. La visión que  perciben nuestros ojos cambia según el nivel de conciencia que desarrollamos. Busca la cinta “Real Women Have Curves” o lee el libro de Naomi Wolf, “El Mito de la Belleza” para comprender como el esfuerzo de las feministas de liberar a las mujeres se tornó en nuestra contra al esclavizarnos al culto de la apariencia. La belleza profunda no es percibida con los rasgos corporales, que pueden dar una buena o mala impresión. Una mujer puede no ser despampanante en los estándares culturales, pero si se expresa en su totalidad, no por provocar sino por SER, y lo hace sin miedo a la opinión de los demás, emite un brillo que es atractivo en sí mismo. Las mujeres que sólo reconocen la parte física de su belleza, a veces no duermen temiendo por la lozanía que un día perderán.

¿AMAS TU CUERPO? – ¿Lo amas así como es, con todas sus funciones? ¿Hasta las que te provocan asco? ¿Y la que están fuera de tu control? En el pasado, (y todavía en algunos remanentes del presente), se considera la carne como elemento demoníaco, y la mujer que incita su pasión hechicera y malvada, frecuentemente quemada. Los genitales son removidos de las buenas compañias. “El cuerpo es el jardín del alma”, escribe Tony Kushner en su obra Angels in America. ¡Qué metáfora! El cuerpo es Reino de lo Femenino, de lo material, caótico y pasional. Nuestra cultura provoca odio al cuerpo que vivimos, para idealizar cuerpos de personas que llegan a privaciones, desórdenes alimenticios, caras pociones, operaciones y procedimientos que frecuentemente dañan y a veces destruyen el sistema. La cultura guarda en el cajón de la vergüenza funciones naturales: la menstruación, el nacimiento, la orina y las heces. Provoca repulsión. Especialmente esas funciones hay que agradecerlas y bendecirlas en nuestra vida.

LA SABIDURÍA DE TU CUERPO – Tu cuerpo es tu mente inconsciente, explica la científica Candace Pert. El cuerpo habla, y no es práctica cotidiana escucharlo. En la cultura que pervade, es común sofocar los llamados del cuerpo con píldoras y operaciones.  Pert explica que así como una sumamente compleja mega-computadora, tu organismo está programado para el éxtasis (lo que en ingles, deliciosamente, se llama bliss). Si no estás sintiendo esto en tu cotidiano, algo no está funcionando bien. El estado natural es la salud, y el cuerpo tiene su propio sistema de auto-curación. Los médicos conscientes entienden que a largo plazo, la sanación la lleva a cabo el mismo paciente y ellos facilitan el proceso a través de sus herramientas personales. En la antigua china, los pacientes pagan al médico cuando están sanos y dejan de pagar cuando enfermos. El médico es conducto que estimula las partes correctas, corrige de emergencia cuando se ha deteriorado demasiado el sistema. La salud y la sanación es más efectiva y no-invasiva cuando se trabaja CON el cuerpo, y no se controla o agrede al sistema. Tu cuerpo te da pistas acerca de los lugares donde todavía estás atorada. Cáptalos y desatóralos antes que se deteriore irremediablemente tu sistema. Escucha tu cuerpo físico: los llamados (¡los gritos!). Observa tu postura, los lugares de desequilibrio y los lugares donde tienes atrapada demasiada energía (peso, músculo), y donde no tienes suficiente. La Terapia psico-corporal tiene una serie de pautas que ayudan a saber dónde están los puntos frágiles o rígidos y cómo trabajarlos.

“Behold the Night and Day
gently they give way to each other
dear Brother.”
Abdullah Ibrahim