JAVIER RUIZ DE VERGARA/LA GACETA

27 de julio 2011.-La negociación entre el Gobierno, sus enviados y ETA marcha a contrarreloj, en busca del comunicado o gesto que facilitaría al PSOE la única baza posible para evitar su descalabro electoral. Según ha sabido LA GACETA de fuentes conocedoras de los contactos, a la partida de cartas que desde hace meses juegan el Ejecutivo y la cúpula de la banda terrorista se ha sumado un nuevo protagonista: el ex ministro y ex embajador de Israel en España Shlomo Ben Ami. Comisionado por el mediador sudafricano Brian Currin, Ben Ami trabaja en los últimos días en Venezuela para cerrar un acuerdo con representantes etarras. Su objetivo sería consensuar un gesto que vaya más allá de otro comunicado, similar a los más recientes, en apoyo a la vía política y en un progresivo desmarque de la violencia.

Lo que el Gobierno busca, a través del diplomático israelí, es un “golpe de impacto” que sacuda a la opinión pública. Las fuentes consultadas por este diario hablan de una simbólica primera entrega de armas.

Sin embargo, estas mismas fuentes reconocen que este desarme no afectará a la capacidad terrorista de la banda, que facilitaría a los mediadores parte de su arsenal más obsoleto, incluso con armas de las FARC colombianas, con las que ha mantenido en los últimos años una alianza estratégica.

Los planes de Ben Ami y Currin, no obstante, se han topado con un actor inesperado: una de las actuales jefas de ETA, la dura Irache Sorzábal. Esta joven terrorista, aupada a la cúpula de la serpiente tras los sucesivos golpes policiales a su aparato militar se ha convertido, según fuentes de la lucha antiterrorista, en un “verdadero obstáculo para la paz”, como reconocen estas fuentes con cierta dosis de ironía. Sorzábal aglutina a ese grupo de jóvenes y ortodoxos terroristas que recelan de los pasos favorables a la exclusiva vía política, reforzada tras el éxito electoral de Bildu.

El Gobierno confía en un “importante anuncio” de ETA como balón de oxígeno de cara al inminente calendario electoral. El pasado 3 de junio, el entonces ministro del interior y hoy candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, esperaba un pronunciamiento importante de los terroristas.

Ahora parecen haber depositado sus esperanzas de éxito en el diplomático Ben Ami, firme defensor del empleo del diálogo y la diplomacia para resolver los conflictos, como él mismo defendió en octubre del año pasado en una conferencia en nuestro país. Tan es así que, por ejemplo, ha criticado a Obama por negarse a dialogar con los terroristas de Hezbolá.

Histórico miembro del Partido Laborista Israelí, Ben Ami vive ahora apartado de la primera línea política y, tras haber sido en el pasado embajador de Israel en España y ministro de Exteriores israelí, en la actualidad es el vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz. Esta organización se autodefine como buscadora de soluciones a conflictos “a través de la mediación y la diplomacia paralela”. Sin embargo, Ben Ami siempre ha eludido pronunciarse sobre ETA y la que él considera que es la solución.

Por su parte, quien se ha erigido como el principal obstáculo para el desenlace del proceso, la jefa etarra Irache Sorzábal (Irún, 1971) está considerada desde el año pasado la máxima responsable de la banda asesina, en la que entró a principios de los noventa.

Participó en sus primeros años en tres asesinatos. Ha cumplido varias penas de prisión en Francia y España, quedando libre por última vez en 2001. Su nombre apareció en varias operaciones posteriores y la hizo entrar en el club de los “más buscados”, logrando eludir hasta hoy, ya número uno de ETA, a las Fuerzas de Seguridad.