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CON INFORMACIÓN DE KOLDO MEDIAVILLA, DEIA

“La paz siempre tiene un precio. Muchos precios. No hay paz sin precio ni camino sin agonía. Uno de los dilemas más dolorosos que nosotros hemos tenido que enfrentarnos (en Israel) es precisamente ese. Si preguntásemos a los más fanáticos de nuestra sociedad por su interés por la paz nos dirían que ellos también quieren la paz. Pero quieren la paz de igual manera que el ciudadano de a pie le gusta que haya ley y orden pero no le gusta que el policía le ponga una multa, que imponga la ley sobre él.

Teóricamente, todo el mundo quiere la paz. Lo que no quiere, a veces, es pagar el precio. Estoy seguro que el último de los colonos en las colonias más duras y más fanáticas de Cisjordania quiere la paz. La quiere desde el concepto de ser el jinete frente al caballo que también es una cierta paz pero no es la paz a la que nos referimos”. “La paz tiene un precio -continuaba en su reflexión Ben Ami- y un precio a veces que la gente encuentra más dificultades en pagar que en ir a la guerra. De otra manera no puede explicarse por qué las guerras unen y la paz divide.

Es más difícil ser líder de una nación, de un gobierno, en procesos de paz que ser el líder en procesos de guerra, porque en momentos de guerra tienes toda la nación unida detrás. El hecho de que algunos no entiendan que la paz tenga un precio a pagar por todos es lo que genera la división; por eso la guerra puede llegar a unir más que la paz”.

*De una entrevista a Shlomo Ben Ami de Txema Montero y Koldo Mediavilla (2001).
Shlomo Ben Ami fue exministro de Asuntos Exteriores de Israel y agente activo en las negociaciones del año 2000 en Camp David protagonizadas por Barak y Arafat de cara a establecer las bases de paz en Israel y Palestina.