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28 de julio 2011.- Las Fuerzas de Defensa de Israel se preparan para una posible rebelión civil en septiembre próximo con motivo de la votación en la ONU de un propuesta para reconocer al Estado palestino, y  han adquirido cantidades de armas no letales para enfrentarla.

Entre otros pertrechos el Ministerio se aprovisionó de gases lacrimógenos y fusiles capaces de disparar repetidamente los botes de humo; cañones de agua con capacidad para dos mil 500 litros; pistolas electrificadoras; cascos y escudos antidisturbios.

Pero según el diario, el “arma” más intolerable es una conocida como “Haboesh” (la apestosa), y consiste en un gas maloliente hasta el punto de causar vómitos.

El gas, comprado a una empresa israelí, es lanzado desde el aire por aviones cisterna o desde tierra, y según una fuente citada por Yediot Ajaronot, “representa un salto cualitativo en los preparativos del ejército y el aprovisionamiento de armas no letales”.

Unidades militares y policiales ya comenzaron a ejercitarse con estas “armas” para escenarios que prevén grandes cantidades de civiles desarmados.

El escenario más probable previsto por la inteligencia militar es el de disturbios generalizados en carreteras y cruces de Cisjordania, y el temor de que se expandan rápidamente a otras regiones e incluyan también el uso de armas de fuego o incluso cohetes desde Gaza o Líbano.

La última intifada comenzó en 2000 con protestas en las calles y cruces de Cisjordania y Gaza, y en cuestión de días derivó en un enfrentamiento armado con más de cinco mil víctimas palestinas y mil 400 israelíes.

Otra posibilidad que baraja el ejército israelí son las marchas de masas civiles hacia las fronteras reconocidas de Israel o los más de 180 asentamientos judíos en Cisjordania, e incluso una anarquía completa en el caso de que Abbas dimitiera, la ANP se desmantelara y con ella sus fuerzas de seguridad.