GINA ZABLUDOVSKY

¿Cuál es situación de México  en  la sociedad de conocimiento? El  Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2010)  publicó una evaluación que da cuenta de nuestro enorme rezago.  A  continuación resumo algunos de los hallazgos que me resultaron más  preocupantes.

1)  En comparación con los otros países de la OCDE,  México se encuentra en los últimos lugares de las mediciones críticas de las sociedades de conocimiento” y en el 2008 era  el país más rezagado en cuanto a porcentaje de  inversión en  investigación y desarrollo en relación al total del PIB

2)  En los resultados de  Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos ( PISA , 2006) de  los  treinta  países evaluado por la anterior organización,  el nuestro  ocupó el último lugar en ciencias, competencias lectoras y matemáticas .

3) A diferencia de lo que pasa en la investigación,  esta pésima calificación  no se debe a la falta de presupuesto,  ni a la limitación de los  gastos públicos en este rubro ya que,  como el   mismo informe señala  “ la inversión del gobierno de México en educación por estudiante está  por encima de la media de los países de la OCDE ( 6.4% y 5.8% como porcentaje del PIB) “

4) La patética situación de nuestro  nivel educativo, se corrobora con los resultados de la puebla  ENLACE  (Evaluación Académica de Centros Escolares ) cuya aplicación en el 2008, encontró que la mayoría de los  estudiantes  de primaria tiene un desempeño “insuficiente o elemental “  en matemáticas (el  72%  del alumnado ) y en español ( el  70%).

5) Los niveles en la educación media  resultaron todavía más graves ya que, el número  de estudiantes con calificaciones “suficiente y elemental” en matemáticas llegó al  84%  entre los de  secundaria y al  81% de los de bachillerato, lo que equivale a afirmar que éstos  “sólo saben resolver operaciones básicas como sumar y restar”.  El  50% de estos estudiantes también se ubican en los niveles más bajos en comprensión de lectura. .

6)   Con  base a los datos del Instituto Nacional de Competitivad del  2008,  también se encontró que existe una baja correlación entre las carreras que la mayoría que los  jóvenes cursan en la  educación superior en México y las necesidades de los sectores productivos.  Lo anterior impide que éstos  puedan avanzar con actividades propias de la sociedad de conocimiento,  y desde luego, también reduce las posibilidades  de que los recién graduados encuentren empleo. De hecho, los empresarios y representantes de la industria tampoco participan significativamente en las políticas públicas de educación superior.

7) De acuerdo con cifras de la OCDE, México está por debajo de la media en  el sistema de patentes de  comunicación, informática y tecnología, que resulta  fundamental para valorar la producción del conocimiento. .

8)  En cuanto a los países de América Latina, de acuerdo con  el Instituto Mexicano de Competitividad-, en el 2005 México era el tercer país más competitivo de América Latina pero en  el 2007, su posición  descendió hasta el quinto  lugar y fue superado  por Chile, Costa Rica, Brasil y Panamá.

9) Esta situación se ratifica en el  Informe Competitividad Global de 2009-2010, donde México obtuvo las evaluaciones más bajas en cuanto a la calidad de las instituciones,  la capacitación, la eficiencia del mercado laboral y la innovación.  Lo más grave del caso es que nuestro país descendió  ocho posiciones con respecto al año anterior,  ocupando  el lugar 62 de 133 países.

Los anteriores  datos dan cuenta de la  seriedad de una situación  que no parece abrirnos  muchas posibilidades para el futuro. Lo más preocupante es que,  mientras esto ocurre, muchos políticos del país siguen considerando a los maestros y a su líder vitalicia como un  mero botín para ganar las elecciones. El clientelismo  que algunos(as)  pensamos ingenuamente que se debilitaría  con la alternancia de partidos  sigue siendo la norma que rige los pactos del poder

A nuestra miope  clase gobernante  no le  quitará el sueño la alta posibilidad de que  descendamos  aún más  en los  índices de  la sociedad de conocimiento  ¿Qué más da? Finalmente, lo único que parece resultarles verdaderamente  trascendental es  quién ocupará  la silla presidencial en el 2012.  Quieren sentarse en ella, aunque ya esté rota  y lo  más probable es que,  ante la falta de tecnología  para  repararla,  quien la ocupe acabará cayéndose.

Pero lo más grave es que la ausencia  de un verdadero desarrollo  también acabará  afectando  las otras sillas en las que todos(as) nos sentamos.   Más que pensar en cómo amortiguar los accidentes,  además de idear formas para la conservación y reparación de las que ya existen, debiéramos  impulsar  los diseños y patentes  innovadores de sillas que  remplacen a las anteriores y sean  propias de las nuevas condiciones mundiales. De no hacerlo, todos(as) sufriremos las anunciadas caídas.