LEONORA

Leonora probó el sabor de la locura
y se volvió maga, sabia y mordaz:
“no me acostumbro a la vejez”
Proclama tras siglos de escudriñar cocodrilos
desde su ventanal de gasa sideral
tras siglos de tejer fantasmas
con pinceles de hiena callejera.
Monsieur y Ramona, sus gatos siameses,
caminan entre acuarelas, gafas…
y sin boleto del Metro
-los perdieron de regreso a casa-
Igual que su dueña
felina y desconfiada
que prefieren le hablen de “Usted”
los magos y hechiceros
y no lleguen tarde a las citas
en su cueva: añosa estufa de carbón
donde descansa un teléfono
tapizado de papelitos:
para hablar con el pasado.

BOB DYLAN

“Soy Bob Dylan… y soy el otro.”
Materia para un shrink de categoría
esos que le dan por su lado a sus pacientes
borrachos de imaginería barata.

La culpa es de la ciudad
y de Elvis Presley y del Rolling Stone
salido de la voz de Bob Dylan.

“Mis pacientes son
puros castos inocentes
niños recién expurgados
de la más inocente de las vaginas.”

“La culpa es de los malos profetas
y de un Dragón deidad cananita
expuesto en un museo extranjero.”

A Bob Dylan no se le dan
las novelas ni una pieza teatral.
Personaje de un cuento de Poe
ama tanto a la señorita solitaria
que a la puta milagrera
y habla en Clave Morse
con Napoleón en harapos.

Se lanza lejos de la orilla
se adentra en aguas desconocidas
sin vuelta de hoja
sin partitura.

EL SARGENTO

El Sargento Pimienta
canta a los corazones solitarios
y se desgañita.
Afónico sobre la superficie de la Luna
Saluda a Mary , la del pequeño cordero,
eternizado por Edison.
Y se cree Jesucristo Super Star
Con feligreses globalizados
Cortados por la misma tijera
a lo Vétale.
Los escarabajos
son animales obvios
George usa calcetines blancos
para matar la angustia
y tirar la máscara
Yoko Ono vende ataúdes a granel
Janis Joplin y Grace Slick
se asoman por una rendija
y evocan a Ravi Shankar
gurú concebido sobre campos de fresa
y árboles de mandarina.
Todo es posible en un mundo de mutantes.

CRUCEROS CRÓNICOS; Buenos-Aires, ed. Doble Sol, 2008.