WALTER MOSSBERG/WALL STREET JOURNAL

Los padres se preocupan constantemente por proteger a sus hijos en Facebook, pero muchos de los productos y servicios que pueden ayudarlos a hacerlo son indiscretos y los involucran en las actividades normales y sanas de los menores de una forma que es incómoda para ambas partes.

En este sentido, he estado probando un servicio llamado ZoneAlarm SocialGuard, que creo que logra un buen equilibrio entre seguridad y privacidad, entre tranquilidad para los padres y una libertad prudente para los hijos. Cada cinco minutos, el programa monitorea las cuentas de sus hijos en Facebook para buscar potenciales pederastas y extraños, así como eventos de acoso cibernético, fraude de edad, intervención de cuentas y enlaces a sitios web inapropiados o maliciosos. El servicio usa algoritmos que buscan ciertos tipos de lenguaje, datos de perfiles u otras pistas que indiquen posibles actividades indeseadas.

Si el servicio, que ya está disponible en todo el mundo en inglés y próximamente en español, alemán, francés e italiano, se encuentra con un potencial problema entonces manda un correo electrónico al padre, al hijo o a los dos. Esto ocurre fuera del propio Facebook. El servicio no permite a los padres leer directamente o dejar comentarios en el muro de su hijo en la red social.

ZoneAlarm SocialGuard es el producto de la empresa de seguridad Check Point Software Technologies. Cuesta US$2 mensuales o US$20 al año, aunque hay un período de prueba gratis de siete días. Funciona como un programa independiente conectado a un servicio de monitoreo y puede ser descargado en https://bit.ly/hgo0C5. Pero antes de describir cómo funciona, déjeme hacer algunas advertencias.

Primero, sólo funciona en PC con sistema operativo Windows. No hay versión para Macs, navegadores de red, teléfonos inteligentes o computadoras tipo tableta, y no hay planes inmediatos para estas versiones. Pese a ello, puede vigilar las cuentas de Facebook a las que sus hijos accedan vía Macs, aparatos móviles y diferentes PC Windows. En otras palabras, el software no necesita estar en el mismo aparato que usa su hijo para entrar en Facebook.

En segundo lugar, aunque vigila cosas como los mensajes, perfiles y publicaciones en el muro, no monitorea los chats, lugares, eventos o fotos, aunque sí el texto que acompaña a las imágenes y la gente que las etiqueta. Así pues, si su hija sube fotos que usted considera inapropiadas, SocialGuard no puede avisarle.

SocialGuard no es infalible y usted igual necesita cuidar de sus hijos de forma activa y hablar con ellos. Los chicos probablemente estén al tanto de que SocialGuard está vigilando sus cuentas en Facebook porque para activarlo usted necesitará sus credenciales de entrada.

Con todo, en mis pruebas, SocialGuard cumplió todo lo que prometió y creo que puede ser realmente beneficioso tanto para los padres como para los hijos, ya que advierte de potenciales problemas con anticipación.

SocialGuard puede vigilar simultáneamente a un máximo de cinco cuentas de Facebook y en distintos niveles de monitoreo. También se puede determinar si sólo los padres o ambos, los padres y los hijos, deben recibir los e-mails en caso de situaciones sospechosas. Por ejemplo, puede que a usted no le preocupe que un adolescente mayor acceda a contenido clasificado por el programa como “educación sexual”, pero sí si se trata de uno más joven.

Para hacer mis pruebas me metí en mi propia cuenta real de Facebook, otra falsa que creé y otras cuentas para niños ficticios de distintas edades que la compañía ha creado.

Cuando intenté hacerme amigo de uno de los niños usando mi cuenta falsa, fui identificado como un “posible extraño” porque no estaba conectado al chico o a ninguno de sus amigos, según los algoritmos de la compañía. También se me hizo saber que uno de los amigos de los niños ficticios había declarado tener 14 años, pero al registrarse en Facebook había dicho que se había graduado de la secundaria en 1972.

En otros casos, las advertencias que me llegaban a mi correo incluían cuestiones sobre lenguaje o enlaces. Cuando un amigo ficticio escribió en el muro de mis supuestos hijos un mensaje que incluía palabrotas normalmente usadas para intimidar a otra persona, se le marcó como un posible ciberacosador.

Obviamente, no todos esos casos son siempre causas reales de preocupación. A veces, los amigos de verdad usan un mal lenguaje en situaciones que no representan acoso. O una tía mayor, fuera del círculo social del niño, puede querer hacerse su amiga. Pero si usted es un padre con tiempo limitado que se preocupa por la seguridad de su hijo en Facebook, vale la pena probar ZoneAlarm.