Un nuevo libro revela las actividades de espionaje de la famosa diseñadora francesa a favor de los ocupantes alemanes y su militante antisemitismo.

Según la perturbadora biografía de Coco Chanel, titulada “Sleeping with the Enemy”, Coco Chanel Secret War (“Durmiendo con el Enemigo, la Guerra Secreta de Coco Chanel”), lanzada en Estados Unidos el 16 de agosto, la creadora de la casa de alta costura francesa fue reclutada en 1940 por la Abwehr, el servicio de inteligencia del estado mayor alemán.

Su nombre en clave: “Westminster”, tomado de un amigo de largo tiempo y ocasional amante, el duque de Westminster, según el sitio informativo estadounidense Daily Beast.

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El autor del libro, Hal Vaughan, periodista estadounidense especialista en la segunda guerra mundial, afirma que “Mademoiselle” había sido presentada en la organización por uno de sus amantes, el barón Hans Gunther von Dincklage, un espía que trabajaba para los servicios secretos alemanes y que fue distinguido por Adolph Hitler y Joseph Goebbels durante la guerra.

El barón utilizó manifiestamente a Coco Chanel e incluso la embarcó en 1943 en una tentativa (abortada) de mediación entre Alemania y Gran Bretaña, donde habría servido de intermediaria.

¿Cómo justificar semejante colaboración? Coco Chanel, “mujer de negocios brillante y sin escrúpulos”, intentó antes que nada aprovecharse del contexto para expandir su poder, explica The Daily Beast.

El barón Dincklage se habría así arreglado para que ella pusiera su domicilio en el muy elegante Hotel Ritz de París, reservado en ese tiempo para los funcionarios nazis.

Ella habría utilizado igualmente sus relaciones para arrebatar la propiedad de Chanel nº 5 de las manos de la familia judía Wertheimer, la que había producido y distribuido su perfume a través del mundo.
Pero, más allá de los negocios, Hal Vaughan amenaza mellar seriamente la imagen del ícono de la moda al asegurar que Chanel era “ferozmente antisemita mucho antes de que aquello fuera un medio de agradar al ocupante alemán”.

Daily Beast lo cita: “Se hizo rica haciéndose apreciar por los muy ricos y compartía el aborrecimiento de estos por los judíos, los sindicatos, los masones, los socialistas y el comunismo. Estimaba, después de 1933 que Hitler era un gran europeo”.

Tras la Liberación, Coco Chanel fue detenida por crímenes de guerra, pero nunca fue condenada, gracias sin duda a la amistad que le profesaba Winston Churchill. Se exilió entonces en Suiza, a orillas del lago Léman, duró nueve años, antes de que regresara a París.

Fuente: La Nación.cl